Albert Einstein publicó su teoría de la relatividad general hace cien años. En la relatividad general, el tiempo se trata de una manera similar al espacio, por lo que ahora decimos que hay un colector de espacio-tiempo de cuatro dimensiones. El espacio-tiempo puede ser plano o curvo a grandes escalas, pero la presencia de grandes cantidades de materia o energía curvará al espacio-tiempo localmente. Einstein publicó una cosmología basada en su teoría. Casi todas las cosmologías desde entonces, incluyendo la del Big Bang, se han basado en la relatividad general. La Nueva Cosmología Los físicos dividen todas las partículas en dos grandes clases: los bosones y los fermiones. Hace casi un siglo, Albert Einstein y Satyendra Nath Bose (de donde viene el nombre bosón) predijeron que, a muy bajas temperaturas, los bosones pueden asumir un estado extraño con propiedades inusuales. A esta forma extraña de la materia se le llama el condensado de Bose-Einstein. Este estado de la materia se ha producido y se ha estudiado en el laboratorio. La temperatura crítica depende de la masa de las partículas. Para asegurarse de que la mayor parte de las partículas permanezcan en un condensado de Bose-Einstein, las partículas deben tener muy poca masa. Hay algunos científicos que están comprometidos con la creencia de un universo eterno, algunos de ellos probablemente se sentirán atraídos por este nuevo modelo. Creo que ésta podría ser la motivación de los autores de este nuevo estudio. Si no hubo Big Bang en el pasado, entonces, ¿cómo empezó el universo? Por supuesto, existe la opción de la creación bíblica, pero esto no parece ser la creencia subyacente de los autores de este nuevo estudio. ¿Qué pasaría si una teoría como ésta ganara tracción? Sería un gran problema para los cristianos que han mezclado la creación de Génesis con el Big Bang. Si interpretáramos Génesis en términos del Big Bang y el mundo decidiera aceptar algún otro modelo que no fuera el Big Bang, entonces se socavaría la autoridad de la Escritura. Es por esto que es importante examinar las ideas del hombre a la luz de la Biblia en lugar de hacerlo al revés. Intento de incluir los efectos de la mecánica cuántica. Los autores del modelo sugieren que han respondido a varios problemas de la cosmología moderna, como la identidad de la materia oscura y de la energía oscura (o, alternativamente, la constante cosmológica). Una característica interesante de este modelo es que se descarta la singularidad del Big Bing para el origen del universo. No está claro exactamente lo que los autores del modelo quieren decir con esto; sin embargo, no parece que este modelo sea compatible con la creación bíblica. Aún Einstein era como un niño en su metáfora: "No soy ateo y no pienso que pueda decir que soy panteísta. El problema en cuestión es demasiado vasto para nuestras mentes limitadas. ¿No puedo responder con una parábola? O esta otra “No hay leyes sin un Legislador” En 1943, en una conversación subsecuente con William Hermanns, se le preguntó al físico: "¿Cómo concibes a Dios?", a lo cual, Einstein respondió: "Dios es un misterio, pero un misterio comprensible. No tengo nada sino admiración cuando observo las leyes de la naturaleza. No hay leyes sin un Legislador" (cit. en William Hermanns, Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man (1983), p. 106). La mayoría de la gente hoy reconocería su ecuación más famosa, E = mc 2 Einstein tenía fotos de sus tres héroes de la ciencia en la pared de su estudio. 1 Fueron Isaac Newton (1642–1727), Michael Faraday (1791–1867) y James Clerk Maxwell 4 (1831–1879). Las leyes del movimiento de Newton y su noción de gravedad fueron las primeras ideas que unificaron con éxito las ideas sobre los movimientos de las estrellas, los planetas y la tierra. Faraday es ampliamente considerado como el mejor experimentador de todos los tiempos. Su trabajo consistió en demostrar que el magnetismo podía producir electricidad y descubrir el benceno, entre muchas otras cosas. Maxwell descubrió las cuatro ecuaciones fundamentales de la electricidad y el magnetismo, y predijo la radiación electromagnética a una cierta velocidad enorme. Se midió que la luz tenía esa velocidad, 300,000 km (186,000 millas) por segundo, lo que demuestra que la luz era radiación electromagnética. Pero estos tres hombres también tenían otra cosa en común: todos eran creacionistas que creían en la Biblia. Para los estándares de hoy, los tres serían considerados como 'fundamentalistas'. Newton escribió más sobre teología que nunca sobre ciencia, creyendo que la Biblia es la Palabra de Dios. Faraday era miembro de una rama muy conservadora de la Iglesia de Escocia, los sandemanianos. Los sandemanianos eran conocidos por su clara interpretación de la Biblia. Maxwell fue ampliamente leído en teología. Interactuó con muchas de las mejores mentes teológicas de su época, siempre como un cristiano evangélico sólido. De hecho, a menudo reprendió a otros creyentes por atar la verdad religiosa demasiado a la ciencia del día. Él entendió esto no como un problema para la Palabra inmutable de Dios, sino como un problema para la comprensión siempre cambiante del hombre de cómo funciona el mundo. ¡La fe de Maxwell en la Biblia incluso sorprendió a un joven Karl Pearson 6 que, cuando cuestionó el Diluvio, fue reprendido por Maxwell por cuestionar la Biblia! Comprendieron que la única base razonable para la asombrosa regularidad que encontramos en el mundo natural es el Dios ordenado e inmutable de las Escrituras. Los límites de la ciencia Para Einstein, la sola ciencia era incapaz de explicar toda la existencia, por un número de razones distintas (entre ellas, la causalidad): "Cuando el número de factores que entran en juego en un complejo fenomenológico es demasiado grande, el método científico en la mayoría de los casos nos falla. Uno solo necesita pensar en el clima, en el que la predicción incluso para unos días siguientes es imposible. No obstante nadie duda que nos enfrentamos a una conexión causal cuyos componentes causales en su mayoría son conocidos por nosotros. Las ocurrencias en este dominio van más allá del alcance de la predicción exacta debido a la variedad de factores en funcionamiento, no a causa de la falta de orden en la naturaleza" (1941; Science, Philosophy and Religion, A Symposium, published by the Conference on Science, Philosophy and Religion in Their Relation to the Democratic Way of Life, Inc., New York). Otra de las razones era la imposibilidad de la ciencia a darle dirección y sentido al destino humano, pues según Einstein: "El método científico no puede enseñar nada más allá de cómo los hechos están relacionados y condicionadas entre sí... el conocimiento de «lo que es» no abre la puerta directamente a lo que «debería ser». Uno puede tener el conocimiento más claro y completo de lo que es, y sin embargo, no ser capaz de deducir lo que debería ser el objetivo de nuestras aspiraciones humanas. El conocimiento objetivo nos ofrece instrumentos poderosos para los logros de algunos fines, pero el propio objetivo final y el anhelo de llegar a él debe venir de otra fuente... Aquí nos enfrentamos, por lo tanto, a los límites de la concepción puramente racional de nuestra existencia" (Einstein; “Out Of My Later Years”; Wing Books, Random House; copyright 1956, written in 1950, revised in 1956; pp. 20-21). El mundo espiritual Einstein era firme creyente en el mundo espiritual, por lo cual, también rechazó el materialismo como ideología y la idea de que la experiencia sensorial lo es todo, al igual que otros creyentes intelectuales como John Eccles y Blaise Pascal. El alemán era de opinión de que: "Las leyes básicas del universo son simples, pero porque nuestros sentidos están limitados, no podemos captarlas. Hay un patrón en la Creación" (cit. en 1930; por Hermanns, Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man (1983), p. 10). En su visión, no era correcto generalizar estos dominios como realidades excluyentes, sino más bien, coexistentes: "La Creación puede ser de origen espiritual, pero eso no quiere decir que todo lo creado sea espiritual. ¿Cómo puedo explicar esas cosas? Aceptemos que el mundo es un misterio. La naturaleza no es ni exclusivamente material ni enteramente espiritual; el hombre también es más que carne y huesos, de lo contrario, ninguna religión hubiera sido posible. Detrás de cada causa yace otra causa, el final o el principio de todas las causas está aún por ser encontrado. Sin embargo, sólo una cosa hay que recordar: no hay efecto sin causa, y no hay carencia de leyes en la Creación" (Einstein, 1930, Hermanns, William (1983). Einstein and the Poet: in search of the cosmic man. Brookline Village MA: Branden Books, p. 59). De acuerdo al físico, este entendimiento es lo que permitió el descubrimiento, por ejemplo, del modelo copernicano: "La materia es real para mis sentidos, pero éstos no son dignos de mi confianza. Si Galileo o Copérnico hubieran aceptado lo que veían, nunca hubieran descubierto el movimiento de la Tierra y los planetas" (Einstein; cit. en 1943; Hermanns, Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man, 1983:59). "Si yo no hubiera tenido una fe absoluta en la armonía de la Creación, no hubiera tratado durante treinta años de expresarla en una fórmula matemática" (Einstein; cit. en 1943; Hermanns, Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man, 1983:61). Contra los ateos: "Me ladraron numerosos perros que están ganando su comida guardando ignorancia y la superstición en beneficio de aquellos que se benefician de ella. Luego están los ateos fanáticos cuya intolerancia es de la misma clase que de la intolerancia de los fanáticos religiosos y proviene de la misma fuente: son como esclavos que aún están sintiendo el peso de sus cadenas que han sacudido después de un dura lucha. Son criaturas que, en su rencor contra el tradicional "opio del pueblo", no pueden llevar la música de las esferas. La maravilla de la naturaleza no se hace más pequeña solo porque uno no la pueda medir por los estándares de objetivos morales y los propósitos humanos" (Escrito el 7 agosto de 1941 en una carta que discutía las reacciones sobre su ensayo "Ciencia y Religión". Einstein y la religión: Física y Teología, Max Jammer, Princeton University Press, 2002, p. 97). “Dios no juega a los dados con el Universo” Einstein creía que el comportamiento humano era completamente determinado por leyes causales, no casuales. La comprensión de la causalidad era fundamental para las creencias éticas de Einstein quien abogaba por el argumento de que la Creación tenía un propósito, rechazando la idea de la casualidad o el existencialismo secular. Por esa razón, negó relación alguna del azar con la teoría cuántica, lo que especificó en cartas enviadas al físico Max Born. Born, ganador del Premio Nobel de la Física de 1954, había dicho lo siguiente respecto a la comprensión de la construcción del universo: "Si Dios ha hecho este mundo un mecanismo perfecto, al menos Él ha concedido lo suficiente a nuestro imperfecto intelecto para que, con el fin de predecir pequeñas partes de él, no necesitemos resolver innumerables ecuaciones diferenciales, sino que podamos usar los dados con bastante éxito" ("Einstein's Statistical Theories", en Schilpp, 1951:176). Einstein contestó, en esencia, que Dios no construyó el mismo en base al azar: "Usted cree en un Dios que juega a los dados, y yo en la ley completa y el orden en un mundo que existe objetivamente, y el cuál de una manera salvajemente especulativa, estoy tratando de capturar... Incluso el gran éxito inicial de la teoría cuántica no me hace creer en el juego de dados fundamental, aunque soy consciente de que algunos de nuestros colegas más jóvenes interpretan esto como consecuencia de la senectud... La mecánica cuántica es ciertamente imponente, pero una voz interior me dice que no es la cosa real. La teoría dice mucho, pero realmente no nos trae más cerca al secreto del "Anciano [de días]". Yo, en todo caso, estoy convencido de que Él no juega a los dados" (En su carta del 4 de diciembre de 1926 enviada e Max Born, Einstein hizo su famoso comentario sobre la mecánica cuántica). No obstante, Einstein dijo varias veces que creía en el Dios que el filósofo Baruch Spinoza había descrito. Una de las frases famosas sobre la concepción que Einstein tenía acerca de Dios es aquella que surgió como respuesta ante la pregunta "¿Crees en Dios?", a lo cual, el físico respondió: "Creo en el Dios de Spinoza, que se revela a Sí mismo en la armonía de leyes del mundo, no en un Dios que se preocupa por el destino y las acciones de la humanidad" (24 de abril 1929, en respuesta a la pregunta de Herbert S. Goldstein: "¿Crees en Dios?". New York Times, 25 de abril 1929). Spinoza, nacido en el siglo XVII, había planteado la teoría dualista (el monismo) en respuesta a la filosofía de Descartes, y expresaba una creencia que estipulaba que la materia y el espíritu son una misma cosa, lo que Einstein le admiraba tanto que hasta dedicó un poema, y se consideraba fiel simpatizante de su idea de Dios, diciendo: "El Dios que Spinoza veneraba es mi Dios también: me encuentro con Él todos los días en las leyes armónicas que rigen el universo... Mi Dios me habla a través de leyes" (Cit. en Hermanns, Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man (1983: 58), “Third conversation” 1948. p. 89). Cuando se retoma la declaración de Einstein: "Creo en el Dios de Spinoza", sin embargo, uno podría deducir que seguramente tendría que creer en el siguiente fragmento que había sido escrito por el filósofo: Einstein fuera de contexto: contradicho y malinterpretado En muchos sitios en internet, algunos de esos "ateos fanáticos" que alguna vez describió Einstein, han sacado fuera de contexto algunas de sus citas para argumentar que Einstein era un "ateo de toda la vida" o que Einstein "sólo hablaba de Dios metafóricamente". Por un lado, se podría pensar que parte de la confusión o del debate es resultado de las distintas versiones entre distintas fuentes de información, algunas de las cuales parecen llegar a diferir y parecen ser, en algunos momentos, contradictorias o inconsistentes. Sin embargo, parte de la confusión puede que también sea resultado de que las opiniones de Einstein variaron con el paso los años, y con el hecho de que sus puntos de vista llegaron a ser relativamente cambiantes. Nadie que haya leído los diferentes escritos de Einstein de forma imparcial podría negar que él era cambiante, y que sus opiniones escritas reflejaban una personalidad distinta en diversas ocasiones, por lo cual, no es de sorprenderse que la organización National Geographic describa al científico como "un hombre complejo, un manojo virtual del contradicciones".[1] Sobre este aspecto, John Brooke, profesor emérito de ciencia y religión en la Universidad de Oxford, señala que las opiniones de Einstein sobre la religión "no siempre eran consistentes de un período a otro". Por ello, en algunos blogs y listados de frases ateístas se citan extractos como estos: "Era, por supuesto, una mentira lo que usted leyó acerca de mis convicciones religiosas, una mentira que está siendo repetida sistemáticamente. No creo en un Dios personal y nunca he negado esto, sino que lo he expresado claramente" (Helen Dukas and Banesh Hoffmann, Albert Einstein, The Human Side: New Glimpses From His Archives (1979) p. 43 - 24 de marzo de 1954). "Me parece que la idea de un Dios personal es un concepto antropológico que no puedo tomar en serio" (Carta que Einsein escribió a Murray W. Gross, 1947, incluida en Einstein and Religion (1999). Aunque estas citas son reales, tendenciosamente, quienes las ocupan se olvidan de entender diligentemente las palabras y citar los fragmentos en su contexto original y completo. En ambas frases Einstein dice no creer en “un Dios personal”; sin embargo, lo que los escépticos no se toman la molestia de explicar es que, para Einstein, el dudar sobre el carácter “personal” de Dios, no implicaba negar la existencia 'impersonal' y universal de Dios. Muchos han malinterpretado esta clase de citas y las han tergiversado a su gusto, pero aunque es cierto que Einstein estaba incierto sobre el carácter personal de Dios, el científico también dejó claro que, a pesar de no estar seguro, sí consideraba que era mejor creer en un Dios personal que degenerarse en un nihilismo freudiano y no creer en nada. Así lo expreso claramente, diciendo: "Nosotros los seguidores de Spinoza vemos a nuestro Dios en el orden maravilloso y en las leyes de todo lo que existe y en su alma ("beseeltheit"), tal como se revela en el hombre y en los animales. Es una cuestión diferente si la creencia en un Dios personal debe ser impugnada; Freud apoyó ese punto de vista en su última publicación. Yo mismo nunca me involucraría en esa tarea, porque tal creencia me parece preferible a la falta de una perspectiva trascendental de la vida" (Einstein y la religión: Física y Teología (1999) de Max Jammer, p. 51; Extraído de una carta a Eduard Büsching (25 octubre 1929) después Busching Einstein le enviara una copia de su libro Es gibt keinen Gott [No hay Dios] a Einstein. Esta idea, de que es mejor creer en algún carácter de eternidad divina, a no creer en nada, también había sido expresada por los científicos cristianos Francis Bacon y Blaise Pascal. De hecho, Einstein mismo expresó la imposibilidad de negar el carácter personal de Dios, como lo dijo en un simposio de 1941: "Sin duda, la doctrina de un Dios personal que interfiere con eventos naturales jamás podría ser refutada, en el verdadero sentido de la ciencia, porque esta doctrina siempre puede refugiarse en aquellos ámbitos en los que el conocimiento científico no ha sido capaz de poner un solo pie" Einstein; adress in a symposium; 1941. "Science and religion" en Einstein, "Out Of My Later Years", 1950) "To be sure, the doctrine of a personal God interfering..." En este sentido, se demuestra que Einstein sabía que “la ausencia de evidencia no es evidencia de ausencia”, y que también reconocía sus propias limitaciones intelectuales, así como las limitaciones de la razón humana en general, y las limitaciones de la esfera de la ciencia, lo cual, llevó al alemán a admitir que no podía negar la posibilidad de lo que no creía: "No puedo probarle a usted que no hay Dios personal, más si yo fuera hablar al respecto, yo sería un mentiroso" (cit. en “Einstein and Religion: Physics and Theology”, p. 123; Science and Religion by Arnold V. Lesikar). El fragmento sobre el jesuita estaba fechado en el año de 1945, pero tres años más tarde, Einstein seguía hablando de venerar a Dios con las siguientes palabras que se vuelven a citar: "El Dios que Spinoza veneraba es mi Dios, también: me encuentro con Él todos los días en las leyes armónicas que rigen el universo. . . Mi Dios me habla a través de leyes" (1948 - William Hermanns, Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man, 1983, p. 89). "Es absurdo cuando los científicos dicen que no hay Dios." (Einstein Third Conversation (1948), William Hermanns, Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man (1983), p. 94) . En 1939, por ejemplo, había dicho lo siguiente, citando las palabras del Apóstol Pablo en en Gálatas 3:28: “Después de todo, las diferencias entre judío y cristiano, ¿que no han sido más que exageradas por fanáticos de ambos lados? Ambos estamos viviendo bajo la aprobación de Dios y nutrimos capacidades espirituales casi idénticas. 'Judío o gentil, esclavo o libre’, todos son de Dios” (Einstein, citado en H.G. Garbedian, 1939, Albert Einstein: Maker of Universes, New York, Funk and Wagnalls Co., 267). Ya hacia 1948, a sus 70 años, Einstein decía: "Mi religión se basa en Moisés: 'Ama a Dios y ama a tu prójimo como a ti mismo.' Y para mí, Dios es la Causa Primera. David y los profetas sabían que no puede haber amor sin justicia, ni justicia sin amor" (1948 - William Hermanns, Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man (1983), p. 59). "Mi Dios no puede que no sea tu idea de Dios, pero una cosa sé de mi Dios: que me hace una persona humanitaria. Yo soy un judío orgulloso porque hemos dado al mundo la Biblia y la historia de José" (Einstein; cit. en 1948- Hermanns, Einstein and the Poet: In Search of the Cosmic Man (1983), p. 106). Respecto a la armonización del judeocristianismo, el científico alemán escribió los siguientes pensamientos en dos de sus libros: "Si los creyentes de las religiones de hoy en día trataran seriamente de pensar y actuar con el espíritu de los fundadores de estas religiones, entonces ninguna hostilidad por motivos de religión existiría entre los seguidores de las diferentes religiones" (Albert Einstein: The Human Side (1979). Helen Dukas and Banesh Hoffmann, Albert Einstein, The Human Side: New Glimpses From His Archives (1979): p. 96 - 27 Jan 1947 - declaración ante la Christian Conference). Postura Respetable de Einstein sobre Jesús aunque no creyera en Él con una postura calvinista: En una entrevista con George Viereck de la Revista "The Saturday Evening Post" (1929), Einstein ya había expresado su admiración por la figura de Jesucristo: Como es claro, Einstein creía en esa sabiduría manifestada en las enseñanzas de Moisés y de Jesucristo. Y, aunque poco se sabe, siete años antes de morir, Baruch Spinoza, mentor espiritual de Einstein, también había escrito que Dios se interesaba por "el destino y las acciones de la humanidad” y que había manifestado un camino de salvación y un comportamiento de sabio por medio de estas dos figuras. Esto es claro en su Tratado Teológico-Político (1670), donde Spinoza había escrito también: "No creo que nadie haya alcanzado tanta perfección, superando a todos los demás, excepto Cristo, a quien Dios reveló inmediatamente — sin palabras o visiones — las condiciones que conducen a la salvación. Así que Dios mismo se reveló a los Apóstoles por medio de la mente de Cristo, como antes Él se había revelado a Moisés por medio de una voz celestial. Y por lo tanto la voz de Cristo, como la que oyó Moisés, puede ser llamada la voz de Dios. Y en este sentido podemos decir también que la Sabiduría de Dios, es decir, una Sabiduría superando la sabiduría humana, asumió una naturaleza humana en Cristo, y que Cristo es el camino a la Salvación" (Spinoza, Cap. 1, Of Prophecy from Benedictus de Spinoza Opera por Carl Gebhardt, ed. (Heidelberg: Carl Winter, 1925) vol. III, p. 21; ed., A Spinoza Reader: The Ethics and Other Works/Benedict de Spinoza, Princeton NJ: Princeton UP, 1994. p. 14). La influencia de científicos cristianos en Einstein Sin importar cuanto se ignore, es difícil imaginar lo que sería Einstein si éste no hubiera tenido las aportaciones y la influencia de científicos cristianos y otros creyentes intelectuales, como Johannes Kepler, Nicolás Copérnico, y Galileo Galilei; e incluso, Fiódor Dostoyevsky. Más allá de esto, es bien conocido que cuando Einstein vivió en Princeton, Nueva Jersey, las paredes de su oficina de trabajo tenían los retratos de tres de sus científicos favoritos, considerados, los que más influyeron en él: Michael Faraday, Isaac Newton y James Clerk Maxwell, los tres científicos de una gran fe cristiana anteriormente mencionado. Ciencia: Maxwell había consolidado la teoría ondulatoria al señalar la conexión entre la luz, la electricidad y el magnetismo, y él fue el autor del enfoque teórico amado por Einstein. Por esto mismo, en su discurso ante el Comité del Premio Nobel en 1905, Einstein señaló que la teoría especial de la relatividad era "una adaptación de los principios físicos de Maxwell y Lorentz" al campo de la electrodinámica. Faraday, por su parte, era un firme cristiano que había visionado la idea de que todas las fuerzas físicas en la naturaleza no son más que diferentes manifestaciones de una fuerza única universal. A pesar de tener experimentos fallidos en campos que no se habían descubierto, Faraday había expresado que tenía la "fuerte sensación de que existe una relación entre la gravedad y la electricidad." Por tanto, las ideas de Newton, aunadas a las de Faraday y Maxwell, inspiraron a Einstein y lo llevaron a programar así la teoría del campo unificado. La carta apócrifa: ¿Einstein vs. Einstein? Una contradicción de la nada. El autor de este artículo está al tanto de que en años recientes se ha rondado en internet una supuesta frase fechada en 1954, que se dice que Einstein escribió en una carta al filósofo alemán Eric Gutkind: "La palabra 'Dios' para mí no es nada más que la expresión y producto de la debilidad humana; la Biblia, una colección de honorables, pero aun así, primitivas leyendas, que, sin embargo, son muy infantiles. Ninguna interpretación, por sutil que sea, puede para mí cambiarlo.” Esta frase, como se imaginará el lector, ha sido muy circulada en la red en los últimos meses; y evidentemente es citada reiteradamente por círculos escépticos, grupos anti-religión, e incrédulos intolerantes y círculos periodísticos sensacionalistas que le han dado a conocer como "la carta atea" de Einstein. Fue subastada por la empresa Ebay por $300,000 dólares; (£170,000 euros) por lo que el mismo Einstein alguna vez llamó "criaturas que guardan rencor contra el tradicional 'opio del pueblo'." Algún medio periodístico escribía de forma parcial que "nadie ha puesto en duda la autenticidad" del pedazo de papel, a pesar de que en realidad, hay a quienes lesparece sumamente extraño que a más de 50 años de la muerte de un personaje tan relevante en la historia, de pronto, de la nada, se le atribuya una carta "apócrifa" que salió solo para ser subastada de forma anónima por una exorbitante suma de dinero. No obstante, se deberá recordar que, con un revisionismo histórico, las alegaciones de la prensa y el rumor de los internautas de atribuir dicha cita a Albert Einstein, pasa por alto el hecho de que el mismo científico había publicado ese mismísimo año (1954) el libro "Ideas y Opiniones" donde llamaba a la enseñanza original y pura de la tradición judeo-cristiana como "una doctrina que es capaz de curar a la humanidad de todos los males sociales". La anécdota del origen del mal: un caso no confirmado de Einstein Si las imputaciones apócrifas de ateísmo fuesen ciertas, tendremos que admitir que “el Einstein incrédulo” de 1954 se opone a “el Einstein creyente” que hemos estado citado a lo largo de este artículo. De ser así, nos gustaría decir que preferimos los argumentos de “Einstein El Creyente”,los cuales, refutan sobradamente el escepticismo del supuesto Einstein incrédulo. Comparación de la concepción del mal con términos de ausencia en la física de la materia. A continuación se transcribe la anécdota completa: “Un profesor universitario retó a sus alumnos con esta pregunta: “¿Dios creó todo lo que existe?” Un estudiante contestó valiente: “Sí, lo hizo.” El profesor continuó: “¿Dios creó todo?” “Sí señor,” respondió el joven. El profesor contestó: “Si Dios creó todo, entonces Dios hizo el mal, pues el mal existe y bajo el precepto de que nuestras obras son un reflejo de nosotros mismos, entonces Dios es malo.” El estudiante se quedó callado ante tal respuesta y el profesor, feliz, se jactaba de haber probado una vez más que la fe cristiana era un mito. Otro estudiante levantó su mano y dijo: “¿Puedo hacer una pregunta, profesor?” “Por supuesto,” respondió el profesor. El joven se puso de pie y preguntó: “¿Profesor, existe el frío?” “¿Qué pregunta es esa? Por supuesto que existe, ¿acaso usted no ha tenido frío?” El muchacho respondió: “De hecho, señor, el frío no existe según las leyes de la Física; lo que consideramos frío, en realidad es ausencia de calor. Todo cuerpo u objeto es susceptible de estudio cuando tiene o transmite energía, el calor es lo que hace que dicho cuerpo tenga o transmita energía. El cero absoluto es la ausencia total y absoluta de calor, todos los cuerpos se vuelven inertes, incapaces de reaccionar, pero el frío no existe. Hemos creado ese término para describir cómo nos sentimos si no tenemos calor.” “Y, ¿existe la oscuridad?”, continuó el estudiante. El profesor respondió: “Por supuesto.” El estudiante contestó: “Nuevamente se equivoca, señor, la oscuridad tampoco existe en estos términos. La oscuridad es en realidad ausencia de luz. La luz se puede estudiar, la oscuridad no, incluso existe el prisma de Nichols para descomponer la luz blanca en los varios colores en que está compuesta, con sus diferentes longitudes de onda. La oscuridad no. Un simple rayo de luz rasga las tinieblas e ilumina la superficie donde termina el haz de luz. ¿Cómo puede saber cuan oscuro está un espacio terminado? Con base en la cantidad de luz presente en ese espacio, ¿no es así? ‘Oscuridad’ es un término que el hombre ha desarrollado para describir lo que sucede cuando no hay luz presente.” Finalmente, el joven preguntó al profesor: “Señor, ¿existe el mal?” El profesor respondió: “Por supuesto que existe, como lo mencioné al principio, vemos violaciones, crímenes y violencia en todo el mundo; esas cosas son mal.” A lo que el estudiante respondió: “En la misma línea de pensamiento, el mal no existe, señor, o al menos no existe por sí mismo. El mal es simplemente la ausencia de Dios, es, al igual que los casos anteriores, un término que el hombre ha creado para describir esa ausencia de Dios. Dios no creó el mal. No es como la fe o el amor, que existen como existen el calor y la luz. El mal es el resultado de que la humanidad no tenga a Dios presente en sus corazones. Es como resulta el frío cuando no hay calor, o la oscuridad cuando no hay luz.” Entonces el profesor, después de asentir con la cabeza, se quedó callado. El nombre del joven era Albert Einstein.” No obstante, ciertamente no se necesitan cartas apócrifas ni historias no verificadas para poder enterarse de las opiniones religiosas que realmente profesaba el físico más famoso del siglo XX.i algo se debe recordar es que, durante la época dorada y prolífica de su carrera científica, Albert Einstein manifestó reiteradamente su creencia en "el Dios que encontraba cada día," y que ofreció toda una serie de argumentos, comentarios y notas biográficas en las que él mismo había abogado por la defensa de la religión, la fe, y la convicción de la manifiesta existencia de Dios ante la ciencia; un Dios que él había dicho que era manifiesto en las leyes universales. Resumen: Hemos visto que Einstein, El creyente, hizo muchas contribuciones de carácter apologético, entre ellas: · aseguró la imposibilidad de que el universo surgiera por casualidad · reconoció que Dios es Espíritu y que es un Dios Creador · aseveró que "hay un patrón en la Creación" y que Dios estableció las leyes del universo afirmando que "mi Dios creó leyes" (Hermanns, 1983, p. 10) · rechazó la idea de que la ciencia y la razón humana puedan refutar la existencia de Dios · declaró que hay límites de la razón humana; · defendió la complementariedad entre la ciencia y la religión · rechazó el cientifismo · negó el materialismo · reconoció la esfera espiritual del ser humano · manifestó las razones por las cuales la ciencia y la razón humana niegan el ateísmo · expresó su admiración por la figura de Jesucristo · y habló del valor moral inmejorable de las enseñanzas judeocristianas Diremos que reconocer al Dios personal Todopoderoso "nos parece preferible a la falta de una perspectiva trascendental de la vida". Discrepancias y Favores: Diremos que al Einstein de 1941 le hubiera molestado mucho que los ateos citaran “la carta apócrifa” para apoyar sus puntos de vista Diremos que “el Einstein incrédulo” sería alguien a quien “el Einstein Creyente” de 1929 le hubiera respondido que "ningún hombre puede mover el cristianismo con un bon mot”. Diremos que reconocer al Dios personal Todopoderoso "nos parece preferible a la falta de una perspectiva trascendental de la vida". Diremos, junto al Einstein de 1948, que "es absurdo cuando los científicos dicen que no hay Dios." Diremos junto a Isaac Newton que "encontramos más indicios de autenticidad en la Biblia que en cualquier historia profana" (Cit. por Watson, Richard: Two Apologies, 1820, p.57)- Diremos, junto a Baruch Spinoza, que "Dios mismo se reveló a los Apóstoles por medio de la mente de Cristo". Diremos junto a James Clerk Maxwell que "como David, serviremos a nuestra propia generación según la voluntad de Dios”. Diremos junto a Jesús, que, por infantil que les parezca a los incrédulos, “si no se convierten y se hacen como niños, no entrarán en el reino de los cielos.” Diremos junto al Einstein de 1949 que "preferimos una actitud de humildad que corresponde a la debilidad de nuestra comprensión intelectual de la naturaleza y de nuestro propio ser." Diremos junto a Pablo que "de nosotros mismos no nos gloriaremos, sino solo en nuestras debilidades" (2 Corintios 12:5). Diremos junto a Michael Faraday que "estamos contentos de llevar este reproche." Pues en la Biblia, la voz de Dios ha dicho: "Bástate mi gracia; porque mi poder se perfecciona en la debilidad" (2 Corintios 12:9). Referencia: http://creyentesintelectuales.blogspot.com/2013/08/einstein-el-creyente.html Referencias:https://answersingenesis.org/big-bang/study-says-universe-had-no-beginning/
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