Empatizando con Dios a través de la Invitación Divina: Un Análisis del Sermón de Charles Spurgeon11/22/2023 El sermón del destacado predicador baptista del siglo XIX, Charles Haddon Spurgeon, basado en el pasaje de Isaías 1:18, ofrece una profunda reflexión sobre la magnitud de la salvación ofrecida por Cristo. Spurgeon enfatiza que la redención no tiene motivaciones superficiales, sino que está arraigada en un propósito grandioso y maravilloso. A lo largo del sermón, la misericordia de Dios se revela como una fuerza que se extiende incluso a los pecadores más depravados.
Uno de los puntos cruciales del sermón es la limitada comprensión que tanto santos como pecadores tienen acerca de la bondad de Dios. Spurgeon exhorta a la audiencia a comprender la magnitud del amor y la gracia divina. El predicador aborda la condición humana, señalando que la invitación divina está dirigida a los pecadores más viles, resaltando la paciencia y misericordia de Dios hacia aquellos considerados ingratos, peores que bestias, cargados de iniquidad y maestros en la transgresión. El mensaje de Spurgeon destaca la presencia constante del Salvador entre los pecadores, utilizando el ejemplo de Zaqueo, el jefe de los publicanos. A través de esta narrativa, se resalta que Jesús siempre estuvo donde había pecadores, y aunque físicamente no esté en la tierra hoy, Su Espíritu sigue obrando y llamando a los peores de los pecadores a acercarse a Él. El sermón aborda la autopercepción negativa de muchos, que se consideran demasiado viles para recibir la gracia de Dios. Spurgeon desafía esta perspectiva, proclamando que Jesús es el Salvador de los peores, el Salvador de los más viles. Invita a aquellos cuyo pecado parece insuperable a venir a Él sin dudar. En el tercer punto del sermón, Spurgeon destaca la invitación divina de grandes beneficios, citando el pasaje de Isaías que promete el perdón y la transformación de los pecados más graves. La metáfora de la grana y el carmesí, tintes difíciles de quitar en la antigüedad, ilustra la capacidad divina de blanquear y purificar incluso los pecados más profundos y persistentes. La invitación es clara: reconciliémonos con Dios, ya que el perdón y la restauración están disponibles a través de la gracia inmerecida. En resumen, el sermón de Spurgeon enfatiza la asombrosa oferta de salvación para aquellos que, a pesar de su gran pecado, son llamados por la misericordia divina a reconciliarse con Dios. Invita a todos, sin importar la magnitud de sus transgresiones, a venir y experimentar la gracia transformadora de Dios. La conclusión resuena con la idea de que la gracia de Dios es suficiente para limpiar, restaurar y transformar, y el llamado persiste: ¡Venid y vivid!
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POR MARTYN LLOYD-JONES
"Porque ignorando la justicia de Dios, y yendo a establecer su propia justicia, no se han sometido a la justicia de Dios". Romanos 10: 3 Hasta ahora, hemos estado tratando con los dos primeros versos, y hemos visto que el Apóstol enseña ciertas lecciones generales allí. Estos no solo conciernen a sus contemporáneos, los judíos, sino que son de aplicación universal en la vida de la iglesia hasta nuestros días. Hemos visto que la preocupación particular del apóstol aquí es explicar por qué los judíos estaban, en general, fuera de la iglesia cristiana, mientras que los gentiles habían entrado. El problema general era que los judíos tenían un celo por Dios, pero era ' no según el conocimiento '. Ahora la palabra que Pablo usa aquí, que se traduce 'conocimiento' es muy interesante. Es la palabra más fuerte usada en las Escrituras con respecto al conocimiento. No significa simplemente un conocimiento general de algo. Va más allá de eso. Significa un conocimiento pleno, correcto, preciso y vital, y el problema con los judíos, dice el apóstol Pablo, es que les faltaba. Y hay una idea más en la palabra. Se refiere a un conocimiento al que se ha llegado como resultado de una buena cantidad de investigación y esfuerzo. Entonces, Pablo dice: los judíos carecían de esa aprensión total, ese cierto conocimiento que es el resultado de un examen cuidadoso y exhaustivo de una enseñanza. Tenían celo, pero no tanto conocimiento. “Dijo Esaú: Tengo bastante…Jacob respondió: Tengo mucho.” Génesis 33:9, 11. La Biblia de las Américas. Unanimidad en la satisfacción
Es algo muy raro encontrarse con gente que diga que tiene bastante, pues, generalmente, quienes tienen mucho, desean más, y quienes tienen poco, sienten que no se puede esperar razonablemente de ellos el contentamiento. Que alguien diga honesta y verazmente: “Tengo bastante,” es una circunstancia tan inusual, que no recuerdo haber oído esa expresión a menudo. La he oído unas cuantas veces, a grandes intervalos. Siendo esa la regla general, es muy notable que en este capítulo haya un registro de dos personas que dijeron, cada una por su parte: “Tengo bastante.” Es especialmente digno de notarse que fueron dos hermanos quienes dijeron eso, pues, generalmente, si uno de los dos hermanos está contento, el otro tiene una diferente disposición de ánimo. Uno puede contar con un espíritu plácido y feliz, y el otro puede poseer la suficiente preocupación y el cuidado para abastecer a los dos. Pero aquí tenemos a dos hermanos gemelos, y cada uno de ellos dice: “Tengo bastante.” Este hecho les parecerá todavía más singular si recuerdan que esos dos hermanos diferían muy grandemente entre sí, en otros sentidos. El uno fue descrito por el apóstol Pablo como un hombre “profano… que por una sola comida vendió su primogenitura.” Sin embargo, Esaú dice: “Tengo bastante.” El otro era un hombre que había luchado con Dios, y que tenía poder con Dios y con los hombres como un príncipe. Jacob también dice: “Tengo bastante.” Bendición Paternal Me parece como si, en esa ocasión, la bendición de su padre Isaac descansara sobre ambos, pues ustedes recuerdan que aunque Esaú no recibió la gran bendición—la bendición del pacto—pues esa le había correspondido a Jacob que la obtuvo mediante engaño, con todo, Esaú recibió una gran bendición de un tipo temporal que Isaac pronunció a su favor con todo el fervor de un padre que ama a su hijo de manera sumamente ardiente. Esaú recibió así lo que más quería, pues poco le importaba la bendición espiritual—no siendo un hombre espiritual—y cuando obtuvo la bendición temporal que satisfizo a su corazón, entonces dijo: “Eso basta.” La bendición de un padre amoroso es, en verdad, una bendición; y aunque no siempre venga, como podríamos desear, en el plano espiritual, pues no todos los hijos son Jacobs, sin embargo, viene de una manera u otra. Y, así, sobre Esaú recayó la bendición que su padre Isaac pronunció a su favor cuando dijo: “He aquí, será tu habitación en grosuras de la tierra, y del rocío de los cielos de arriba.” Voy a intentar mostrarles que, aunque estas dos diferentes personas dijeron: “Tengo bastante,” y aunque el significado de sus palabras fue en algún sentido semejante, con todo, había grandes diferencias en cuanto al recóndito significado de esas palabras idénticas, por salir de bocas diferentes. Enoc había profetizado, diciendo: "He aquí, el Señor vino con muchos miles de Sus santos". Si Jesús hubiera entrado así en la historia, o hubiera venido en una noche oscura sobre Jerusalén en un carro de fuego ardiente (como Elías subió al cielo), entonces las multitudes clamorosas lo habrían aceptado y adorado. Pero como el poeta dijo una vez: "Estaban buscando un rey, para traer la salvación cerca, vino una pequeña criatura que hizo llorar a una mujer".
“Has luchado con Dios.” Génesis 32: 28. SERMÓN PREDICADO LA NOCHE DEL JUEVES 16 DE SEPTIEMBRE DE 1875 POR CHARLES HADDON SPURGEON EN EL TABERNÁCULO METROPOLITANO, NEWINGTON, LONDRES, Y PUBLICADO EL JUEVES 8 DE MARZO DE 1906. Insistencia ante el Creador Los hombres tienen en muy alta consideración a cualquiera que ostente poder con la realeza. Si yo dijera, en relación a cualquier persona aquí presente: “Ese individuo tiene gran poder con la reina”, muchísimos de ustedes se voltearían de inmediato para ver a esa persona. Quien tiene un gran poder con algún príncipe terrenal, puede estar seguro de que tendrá muchos aduladores a su alrededor, que le rendirán homenaje por causa del beneficio que esperarían obtener a través de su mediación. Pero, queridos amigos, ¡qué mayor honor es todavía tener poder con el Rey de reyes! El poder con los hombres podría ser algo malo, pero, ¡qué bendición proviene del poder con Dios! ¡Cómo ennoblece el alma del hombre que lo posee! Este hombre, Jacob, que tiene poder con Dios, es llamado Israel, un príncipe, pues lo es; sólo que los príncipes no tienen una dignidad como la suya, a menos que tengan también poder con Dios, pues es “un príncipe de Dios”. "Y dijo Jacob: Dios de mi padre Abraham, y Dios de mi padre Isaac, Jehová, que me dijiste: Vuélvete a tu tierra y a tu parentela, y yo te haré bien; menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos. Líbrame de la mano de Esaú, porque le temo; no venga acaso y me hiera la madre con los hijos. Y tú has dicho: Yo te haré bien, y tu descendencia será como la arena del mar, que no se puede contar por la multitud." Génesis 32:9-12. Un sermón predicado la noche del Domingo 16 de junio, 1867por Charles Haddon SpurgeonEn el Tabernáculo Metropolitano, Newington, Londres.
Y publicado el Jueves 18 de octubre, 1906. El amigo de confianza de Dios Habrán notado, queridos amigos, cuán frecuentemente Dios hace que la vida de un hombre sea el reflejo de su carácter. Hay un eco del carácter interno del hombre en su experiencia externa. "Menor soy que todas las misericordias y que toda la verdad que has usado para con tu siervo; pues con mi cayado pasé este Jordán, y ahora estoy sobre dos campamentos." -- Génesis 32:10 Sermón predicado la mañana del Domingo 22 de Junio de 1884por Charles Haddon Spurgeon
Propensión al engaño El carácter de Jacob no era impecable, pero tampoco era despreciable. Poseía gran fortaleza de carácter y poder de juicio, y esto se convirtió en una especie de trampa para él, de manera que no siempre caminó a través de la vida con el sosiego infantil de Isaac o la regia serenidad de Abraham, sino que a veces era taimado y dado al engaño como sus parientes maternos. Yo sin embargo me opongo a ese menosprecio del carácter de Jacob, tan común en ciertos círculos, pues utilizó los recursos disponibles para la oración y oró. Nuestro Dios es el Dios de Abraham, de Isaac, y de Jacob; y muy frecuentemente es llamado el Dios de Israel, y aún el Dios de Jacob. "Dios no se avergüenza de llamarse Dios de ellos": y si no se avergüenza de llamarse Dios de Jacob, ningún creyente tiene derecho de avergonzarse de Jacob. Nobleza en la historia Con todas sus imperfecciones (y ciertamente las tenía) era un hombre noble. Algunas buenas personas están construidas a una escala demasiado diminuta como para manifestar cualidades buenas o malas en algún grado relevante: no les permitamos que vituperen a un hombre tan grande como Jacob. Él ha grabado su carácter sobre numerosas generaciones, y una nación entera lleva su herencia. Era un hombre lleno de energía, activo, aguantador, intrépido, y por ello sus debilidades llegaron a ser más notorias de lo que hubieran sido si hubiera tenido una naturaleza más apacible. “Conforme al propósito eterno que hizo en Cristo Jesús nuestro Señor”. Efesios 3:11 “Bendito sea el Dios y Padre de nuestro Señor Jesucristo, que nos bendijo con toda bendición espiritual en los lugares celestiales en Cristo, según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor…” (Efesios 1:3-5). Perspectiva ETERNA
David Martyn Lloyd-Jones (1899-1981) El gran plan de Dios es sugerido en el versículo 3. En la eternidad, hubo un gran concilio entre el Padre, el Hijo y el Espíritu Santo. El versículo que le sigue nos indica cuándo tuvo lugar: “Según nos escogió en él antes de la fundación del mundo, para que fuésemos santos y sin mancha delante de él, en amor…” (Ef. 1:4-5). ¿Comprendemos que nuestra salvación fue ideada antes de que el mundo fuera ideado o creado? Es la comprensión de este hecho lo que impulsa al hombre a ponerse en punta de pies y alabar a Dios a viva voz: “¡Nos escogió en él antes de la fundación del mundo!”. Las tres Personas benditas en el concilio eternal se preocupaban por nosotros desde antes de la creación del mundo —Padre, Hijo y Espíritu Santo—. Las tres Personas se reunieron en conferencia (hablo con reverencia, en términos bíblicos) y la planearon. Descartemos, de una vez por todas, la idea de que la salvación fue una ocurrencia de último momento en la mente de Dios. No fue un pensamiento que se le ocurrió después de que el hombre cayera en pecado; fue planeada “antes de la fundación del mundo”. El Apóstol nos dice que la obra fue dividida entre las tres Personas, cada una comprometiéndose a cumplir tareas particulares. “Jacob siguió su camino, y le salieron al encuentro ángeles de Dios. Y dijo Jacob cuando los vio: Campamento de Dios es este; y llamó el nombre de aquel lugar Mahanaim.” Génesis 32:1, 2. “Luego que David llegó a Mahanaim, Sobi hijo de Nahas, de Rabá de los hijos de Amón, Maquir hijo de Amiel, de Lodebar, y Barzilai galaadita de Rogelim, trajeron a David y al pueblo que estaba con él, camas, tazas, vasijas de barro, trigo, cebada, harina, grano tostado, habas, lentejas, garbanzos tostados, miel, manteca, ovejas, y quesos de vaca, para que comiesen; porque decían: El pueblo está hambriento y cansado y sediento en el desierto.” 2 Samuel 17:27-29. DOMINGO 20 DE JUNIO, 1880, POR CHARLES HADDON SPURGEON, EN EL TABERNÁCULO METROPOLITANO, NEWINGTON, LONDRES Determinación en las contiendas Vayamos a Mahanaim y veamos este grandioso espectáculo. Primero, vayamos con Jacob y veamos los dos campamentos de ángeles, y luego vayamos con David para observar sus tropas de amigos. Jacob tendrá nuestra primera consideración. ¡Cuán variada es la experiencia del pueblo de Dios! Su peregrinaje es sobre arena cambiante; su tienda siempre está en movimiento y la escena que les rodea todo el tiempo está cambiando. Allí está Jacob, contendiendo en un tiempo con Labán por su manutención, haciendo una trampa tras otra para no dejarse de su suegro; luego prospera y decide no permanecer más bajo esa servidumbre; huye, es perseguido, debate con su enojado pariente, y pone punto final a la contienda con una tregua y un sacrificio. “Y Esaú respondió a su padre: ¿No tienes más que una sola bendición, padre mío? Bendíceme también a mí, padre mío. Y alzó Esaú su voz, y lloró.” Génesis 27:38. TABERNÁCULO METROPOLITANO, NEWINGTON, LONDRES, Y PUBLICADO EL JUEVES 24 DE SEPTIEMBRE, 1908.
Advertencia Introducción a lo profano y el engaño Ustedes conocen la historia de Esaú y Jacob. Esaú era el mayor de los dos hijos gemelos de Isaac y Rebeca. La primogenitura era suya por derecho, pero él la menospreció. Esaú era una persona profana que no valoró el privilegio hereditario que era realmente suyo pues vendió de hecho su derecho a la primogenitura a su hermano menor, Jacob, por un plato de guisado de lentejas. El tiempo transcurrió, e Isaac, sintiendo que las debilidades de la edad se iban apoderando él, resolvió dar a Esaú la bendición a la que tenía derecho como su hijo mayor. Rebeca quería que la bendición fuera otorgada a su hijo menor y por eso recurrió a una estratagema con el fin de hacer creer al pobre padre ciego que Jacob era Esaú, y de esa manera Jacob ganó la bendición por fraude. Cuando Esaú entró, y descubrió que la bendición había sido dada a Jacob, y que no podía ser revocada, lloró amargamente, y suplicó a su padre que le diera “una sola bendición.” |
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