“Dijo Esaú: Tengo bastante…Jacob respondió: Tengo mucho.” Génesis 33:9, 11. La Biblia de las Américas. Unanimidad en la satisfacción
Es algo muy raro encontrarse con gente que diga que tiene bastante, pues, generalmente, quienes tienen mucho, desean más, y quienes tienen poco, sienten que no se puede esperar razonablemente de ellos el contentamiento. Que alguien diga honesta y verazmente: “Tengo bastante,” es una circunstancia tan inusual, que no recuerdo haber oído esa expresión a menudo. La he oído unas cuantas veces, a grandes intervalos. Siendo esa la regla general, es muy notable que en este capítulo haya un registro de dos personas que dijeron, cada una por su parte: “Tengo bastante.” Es especialmente digno de notarse que fueron dos hermanos quienes dijeron eso, pues, generalmente, si uno de los dos hermanos está contento, el otro tiene una diferente disposición de ánimo. Uno puede contar con un espíritu plácido y feliz, y el otro puede poseer la suficiente preocupación y el cuidado para abastecer a los dos. Pero aquí tenemos a dos hermanos gemelos, y cada uno de ellos dice: “Tengo bastante.” Este hecho les parecerá todavía más singular si recuerdan que esos dos hermanos diferían muy grandemente entre sí, en otros sentidos. El uno fue descrito por el apóstol Pablo como un hombre “profano… que por una sola comida vendió su primogenitura.” Sin embargo, Esaú dice: “Tengo bastante.” El otro era un hombre que había luchado con Dios, y que tenía poder con Dios y con los hombres como un príncipe. Jacob también dice: “Tengo bastante.” Bendición Paternal Me parece como si, en esa ocasión, la bendición de su padre Isaac descansara sobre ambos, pues ustedes recuerdan que aunque Esaú no recibió la gran bendición—la bendición del pacto—pues esa le había correspondido a Jacob que la obtuvo mediante engaño, con todo, Esaú recibió una gran bendición de un tipo temporal que Isaac pronunció a su favor con todo el fervor de un padre que ama a su hijo de manera sumamente ardiente. Esaú recibió así lo que más quería, pues poco le importaba la bendición espiritual—no siendo un hombre espiritual—y cuando obtuvo la bendición temporal que satisfizo a su corazón, entonces dijo: “Eso basta.” La bendición de un padre amoroso es, en verdad, una bendición; y aunque no siempre venga, como podríamos desear, en el plano espiritual, pues no todos los hijos son Jacobs, sin embargo, viene de una manera u otra. Y, así, sobre Esaú recayó la bendición que su padre Isaac pronunció a su favor cuando dijo: “He aquí, será tu habitación en grosuras de la tierra, y del rocío de los cielos de arriba.” Voy a intentar mostrarles que, aunque estas dos diferentes personas dijeron: “Tengo bastante,” y aunque el significado de sus palabras fue en algún sentido semejante, con todo, había grandes diferencias en cuanto al recóndito significado de esas palabras idénticas, por salir de bocas diferentes.
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