“¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” Génesis 4:9. El Corazón blasfemo
A qué vergonzoso extremo de insolencia había llegado Caín cuando pudo insultar al Señor Dios de esta manera. Si no estuviera registrado en la página de la inspiración, habríamos podido dudar de que un hombre hablara tan desvergonzadamente a pesar de estar plenamente consciente de que el propio Dios era su interlocutor. Los hombres blasfeman espantosamente, pero esto se debe usualmente a que olvidan a Dios e ignoran Su presencia; pero Caín estaba consciente de que Dios estaba hablándole. Le oyó preguntar: “¿Dónde está Abel tu hermano?,” y, no obstante, se atrevió a replicarle a Dios con la más descarada impertinencia: “No sé. ¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?” Era tanto como decir: “¿Piensas que tengo que guardarlo como él guarda de sus ovejas? ¿Acaso soy también un pastor como lo fue él, y habría de guardarlo como Abel guardaba de una oveja lisiada?” Conciencia blasfema en contra del Creador La descarada insolencia de Caín es un indicativo del estado de su corazón que lo condujo al asesinato de su hermano; y era también una parte del resultado de haber cometido ese crimen atroz. Caín no habría procedido con ese cruel acto de derramamiento de sangre si no hubiera desechado primero el temor de Dios ni hubiera estado dispuesto a desafiar a su Hacedor. Habiendo cometido el asesinato, la influencia endurecedora del pecado en la mente de Caín debe de haber sido muy intensa, y así, finalmente, fue capaz de expresar delante de Dios lo que sentía dentro de su corazón, y de decir: “¿Soy yo acaso guarda de mi hermano?”
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Noviembre 2023
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