DEVOCIÓN
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VIDAS
Fue un sacerdote inglés y arzobispo de Canterbury durante los reinados de Enrique VIII, Eduardo VI y María I —por poco más de un año—. Colaboró en la anulación del matrimonio de Enrique VIII y Catalina de Aragón, que fue una de las causas del cisma de la Iglesia de Inglaterra con la Santa Sede. Junto a Thomas Cromwell, apoyó el principio de la supremacía real, en la que el monarca era considerado soberano sobre la Iglesia dentro de su reino. Thomas cranmer biografia corta: Durante su mandato como arzobispo de Canterbury fue responsable de establecer las primeras estructuras doctrinales y litúrgicas de la iglesia reformada. No hizo cambios radicales en la Iglesia durante el reinado de Enrique VIII, debido a los conflictos de poder entre conservadores y reformistas religiosos. No obstante, tuvo éxito en la publicación del primer oficio religioso autorizado en lengua vernácula, Exhortación y letanía. Cuando Eduardo VI llegó al trono, Cranmer pudo promover reformas importantes. Escribió y compiló las dos primeras ediciones del Libro de Oración Común, una liturgia especial para la Iglesia de Inglaterra. Con la ayuda de varios reformadores continentales, a los que dio refugio, cambió la doctrina en áreas como la eucaristía, el celibato clerical, el rol de las imágenes en los lugares de culto y la veneración de santos. Cranmer promulgó las nuevas doctrinas a través del Libro de Oración Común, el Libro de homilías y otras publicaciones. Fue enjuiciado por alta traición y herejía cuando ascendió al trono la católica María I. Encarcelado durante más de dos años y bajo presión de las autoridades eclesiásticas, Cranmer hizo varias retractaciones y, aparentemente, se reconcilió con la Iglesia católica. Sin embargo, en el día de su ejecución, se retractó de sus palabras en la cárcel y pereció como un hereje para los católicos y mártir para los reformistas ingleses. La muerte de Cranmer fue inmortalizada en El libro de los mártires y su legado sigue vivo dentro de la Iglesia de Inglaterra en su Libro de Oración Común y los «treinta y nueve artículos», una declaración de la fe anglicana basada en su obra. Doctrinas reformadasBajo la regencia de Seymour, los reformistas eran parte de la clase dirigente. En agosto de 1547 hubo una visita real a las provincias y cada parroquia fue instruida a conseguir una copia de las nuevas homilías. Este libro constaba de doce homilías, de las cuales cuatro fueron escritas por Cranmer. Su reafirmación de la doctrina de la justificación por la fe provocó una reacción negativa de Gardiner.9394 En la «Homilía sobre las buenas obras unidas a la fe» (Homily of Good Works annexed to Faith), Cranmer atacó el monacato y la importancia de ciertas acciones personales que intervienen en las recitaciones litúrgicas y ceremonias. Por tanto, redujo la variedad de buenas obras que se consideraban necesarias y reforzó la primacía de la fe. En cada parroquia visitada, se establecieron medidas cautelares que resolvieron «... suprimir cualquier imagen a la que se atribuya alguna sospecha de devoción».9596 Sus puntos de vista sobre la eucaristía, que ya se habían alejado de la doctrina católica tradicional, recibieron otro empujón de los reformistas continentales. Cranmer había mantenido contacto con Martín Bucero desde las primeras conversaciones con la Liga de Esmalcalda. Sin embargo, la relación entre ambos se hizo más cercana debido a la victoria de Carlos V sobre la Liga en Mühlberg, que convirtió a Inglaterra en la única nación poderosa que daba refugio a reformistas perseguidos. Cranmer escribió una carta a Bucero (ahora perdida) con preguntas sobre la teología eucarística. En la constestación, con fecha 28 de noviembre de 1547, Bucero negaba la presencia real y condenaba la transubstanciación y adoración de los elementos. La carta fue entregada a Cranmer por dos teólogos reformados italianos —Pedro Mártir Vermigli y Bernardino Ochino—, que llevaron como refugiados a Inglaterra. Vermigli también trajo consigo la epístola Ad Caesarium Monachum, supuestamente escrita por san Juan Crisóstomo (ahora considerada una falsificación), que proporcionó las bases patrísticas contra la presencia real.h Estos documentos influyeron a Cranmer en sus opiniones sobre la eucaristía.9899 En marzo de 1549, la ciudad de Estrasburgo expulsó a Martín Bucero y Paul Fagius. Inmediatamente, Cranmer los invitó a refugiarse en Inglaterra y prometió que serían ubicados en las universidades. Según MacCulloch, cuando llegaron el 25 de abril, Cranmer estaba encantado de conocer a Bucero luego de dieciocho años de comunicación por correspondencia.100 Necesitaba a estos eruditos para formar una nueva generación de predicadores, así como en la reforma de la liturgia y doctrina. Otro de los que aceptaron sus invitaciones fue el reformista polaco Jan Łaski, pero fue incapaz de convencer a Osiander y Melanchthon. Fin del programa de reformasEl papel político de Cranmer disminuyó cuando, el 16 de octubre de 1551, Seymour fue arrestado por supuesta traición. En diciembre fue llevado a juicio y, aunque fue absuelto de la traición, fue declarado culpable de felonía y sentenciado a muerte el 22 de enero de 1552.j Este fue el inicio del distanciamiento entre Cranmer y Dudley, que se agravó durante ese año con la apropiación gradual de los bienes eclesiásticos por la regencia.123 Incluso en toda esa agitación política, Cranmer trabajaba simultáneamente en tres grandes proyectos de su programa de reformas: la modificación del Derecho canónico, la revisión del Libro de Oración Común y la formación de una declaración de la doctrina.124 Pedro Mártir Vermigli, uno de los principales colaboradores de Cranmer en la Reforma anglicana. El Derecho canónico original que definía al gobierno de la Iglesia necesitaba una clara revisión tras la ruptura de Enrique VIII con Roma. Se realizaron varios intentos en todo el reinado de Enrique VIII, pero los proyectos iniciales fueron abandonados cuando la velocidad de la reforma superó el tiempo necesario para trabajar en una revisión. En diciembre de 1551, cuando la reforma se estabilizó, Cranmer formó un comité para reiniciar el trabajo. Llamó a Vermigli y también invitó a Łaski y Hooper a participar, lo que resalta su habilidad para perdonar acciones pasadas. Cranmer y Vermigli consideraron que, si redactaban un buen código de Derecho eclesiástico reformado, tendrían repercusión internacional. Cranmer planeaba reunir a todas las iglesias reformadas de Europa bajo el liderazgo de Inglaterra para enfrentarse al Concilio de Trento, la respuesta de la Iglesia católica a la Reforma protestante. En marzo de 1552, invitó a los reformistas continentales más importantes, Bullinger, Juan Calvino y Melanchton, a Inglaterra para que participasen en un concilio ecuménico.125 Sin embargo, Melanchthon no respondió; Bullinger indicó que ninguno de ellos podía salir de Alemania —ya que estaba inmersa en un conflicto militar entre el emperador y los príncipes luteranos—, mientras que Calvino mostró poco entusiasmo y contestó que no podía ir. En su respuesta a Calvino, Cranmer escribió: «Entretanto, vamos a reformar la Iglesia de Inglaterra al máximo de nuestra capacidad y trabajaremos para que sus doctrinas y leyes se mejoren a imagen de las Sagradas Escrituras».123 Actualmente, solo existe un manuscrito parcial del proyecto con las correcciones y comentarios de Cranmer y Vermigli. Cuando se presentó la versión definitiva al Parlamento, la amistad entre Cranmer y Dudley había desaparecido y el regente puso fin al proyecto del Derecho canónico en la Cámara de los Lores.126127 Como pasó en la primera edición del Libro de Oración Común, los orígenes y los participantes de la nueva revisión son poco conocidos, pero es probable que Cranmer haya dirigido el proyecto y su desarrollo. Posiblemente había comenzado antes de finales de 1549, porque la convocatoria de Canterbury se reunió para discutir el asunto en esas fechas. A finales de 1550, Vermigli y Bucero buscaron la manera en que la liturgia pudiese mejorar e influir significativamente en la revisión.128 La presencia espiritual se aclaró con el uso de palabras completamente diferentes cuando los comulgantes reciben el pan y el vino. Nuevas adiciones señalaban que el curato podía utilizar cualquier tipo de pan o vino y de esta forma se desvinculó de cualquier presencia física. El nuevo libro eliminó la posibilidad de oraciones por los muertos, ya que implicaban apoyar la doctrina del purgatorio.129130 El Acta de Uniformidad de 1552, que autorizó el uso del libro, determinó que el Libro de Oración Común se utilizaría a partir del 1 de noviembre. Sin embargo, la versión final no se publicó de manera oficial hasta casi último minuto, debido a la intervención de Dudley. Mientras viajaba por el norte del país, Dudley se reunió con el reformista escocés John Knox, quien vivía entonces en Newcastle upon Tyne. Impresionado por su predicación, Dudley lo seleccionó para ser su capellán real y lo llevó al sur para participar en los proyectos de reforma. En un sermón ante el rey, Knox negó la práctica de arrodillarse durante la comunión. El 27 de septiembre de 1552, el consejo privado detuvo la impresión del nuevo Libro de Oración Común y comunicaron a Cranmer que debía revisarlo. Respondió con una larga carta argumentando de que el Parlamento contaba con la aprobación real para hacer cualquier cambio en la liturgia.131 El 22 de octubre, el consejo decidió mantener la liturgia tal como estaba y añadió la llamada «rúbrica negra» (Black Rubric), que explicaba que no había adoración si alguien se arrodillaba en la comunión.132133 Las bases de declaración de la doctrina —que con el tiempo se convirtieron en los «cuarenta y dos artículos»— también son inciertos. Para diciembre de 1549 el arzobispo exigía a su obispos a suscribirse a determinados artículos doctrinales. En 1551, Cranmer presentó la versión de un credo de los obispos, pero su estatus legal era ambiguo. Cranmer no dedicó mucho esfuerzo al desarrollo de los artículos, posiblemente porque estaba trabajando en la revisión del Derecho canónico. Estuvo más interesado en la declaración de la doctrina después de que fracasaron los planes de un concilio ecuménico. En septiembre de 1552, Cranmer y John Cheke trabajaban en los borradores de los artículos. Cheke, amigo en su etapa de estudiante, se encargó de traducirlo al latín. Cuando los «cuarenta y dos artículos» fueron publicados en mayo de 1553, la portada decía que los artículos fueron acordados en la Convocatoria y publicados con la autoridad del rey, pero esto no era cierto y este error posiblemente ocurrió por problemas de comunicación entre el arzobispo y el consejo privado. Cranmer se quejó de esto ante el consejo, pero la respuesta de las autoridades fue que los artículos se crearon durante la época de la Convocatoria, tratando de evadir una respuesta directa. El consejo dio a Cranmer la tarea de pedir a los obispos que suscribieran los artículos, pero muchos se oponían y señalaron la anomalía de la portada. Mientras Cranmer llevaba a cabo este deber, una serie de eventos entorpecerían las suscripciones. Aporte a la Relación con el divorcio real.
En el verano de 1529, hablando sobre la cuestión del divorcio con los principales emisarios del rey, Fox y Gardiner, Cranmer sugirió sacar el asunto de las manos de los juristas y ponerlo en las de los teólogos de las universidades. Enrique se aferró a la sugerencia, citando a Cranmer y ordenando la preparación de un tratado sobre la cuestión, haciendo uso de la influencia de Cranmer también en otras maneras, al incluirle en la embajada que salió de Inglaterra en 1530 para ver al papa y al emperador. Trajo pocos resultados definidos, pero el rey le recompensó nombrándole archidiácono de Taunton y en 1532 embajador ante el emperador. Durante su viaje por Alemania se puso en contacto con el dirigente luterano Osiander, casando a su sobrina Margarita. Históricamente En el otoño de ese año, Enrique determinó designarle para el arzobispado de Canterbury, vacante tras la muerte de Warham, siendo consagrado el 30 de marzo de 1533, tras haber elaborado una protesta formal en la que consideraba el juramento de obediencia al papa una legalidad pero no una realidad, no atándose a nada que fuera contrario al rey y a la comunidad inglesa, o que recortara su libertad en cuestiones pertenecientes a la reforma de la religión cristiana y al gobierno de la Iglesia de Inglaterra. En abril pidió permiso al rey para proceder en el caso de Catalina, abriendo el juicio en mayo y pronunciando sentencia el día 23 de ese mes, declarando que el matrimonio de Enrique y Catalina era vacío desde el principio. Cinco días más tarde declaró el matrimonio de Enrique con Ana Bolena válido, coronándola como reina el 1 de junio.
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