EVALUACIÓN DE LOS TÉRMINOS USADOS
No es ideal el nombre "Atributos", puesto que transfiere la noción de añadir o asignar algo a uno, y por tanto, se presta para crear la noción de algo que se añade al Ser Divino. Sin duda el término "propiedades" es mejor, sirviendo para señalar algo que es propio de Dios, y de Dios solamente. Como es natural, hasta donde algunos de los atributos son comunicables, el carácter absoluto de lo propio se debilita, puesto que hasta esos puntos algunos de esos atributos dejan de ser propios de Dios en el sentido absoluto de la palabra. Pero hasta este término contiene la sugerencia de una distinción entre la esencia o naturaleza de Dios y aquello que le pertenece.
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Algunos dogmáticos, antes de entrar a la discusión de los atributos divinos, dedican uno o varios capítulos para tratar del Ser de Dios. Así lo hicieron en sus trabajos, por ejemplo, Mastricht, Ebrard, Kuyper y Shedd. Otros prefieren considerar el Ser de Dios en relación con sus atributos, atendiendo a que en éstos se nos revela El mismo. Este es el método más común y el que se sigue en la Synopsis Purioris Theologiae, como también en las obras de Turretin, a Marck, Brakel, Bavinck, Hodge y Honig. La diferencia de trato para el tema no es indicación de que exista entre esos autores algún grave y fundamental desacuerdo. Todos ellos coinciden en que los atributos no son meros nombres que no corresponden a la realidad alguna, ni partes separadas de un Dios compuesto, sino esencialmente cualidades en las que el Ser de Dios se revela y mediante las cuales puede ser identificado. La única diferencia podría ser que unos tratan más que otros de distinguir entre el Ser de Dios y sus atributos.
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Marzo 2021
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