Algunas de estas prácticas son correctas, pero otras demuestran un uso descuidado de la Palabra de Dios como vehículo de expresión de su voluntad, ya sea por ignorancia, razonamientos inconsistentes, o simplemente pecado y rebeldía frente a Dios. El principio eclesial Este es el principio sostenido por la Iglesia Católica Romana que defiende su inherente prerrogativa de establecer sus propias formas de culto, sin considerar si tienen o no un fundamento bíblico. Esto surge del concepto de autoridad de esa iglesia que sostiene que además del texto bíblico, coexiste (a la par) la Sagrada Tradición que está expresada en el juicio corporativo de los obispos de la Iglesia, quienes monopolizan toda interpretación. La autoridad radica en la Iglesia (Biblia + tradición) y no radica exclusivamente en el texto bíblico. La iglesia es soberana y puede inventar o crear lo que se le ocurra, pues tiene toda
autoridad. Esta posición es la verdadera antítesis del PRCC. El principio normativo Este principio dice lo siguiente: "es posible hacer todo lo que está ordenado en las Escrituras, además de todo lo que las Escrituras no prohíben expresamente." Este punto de vista es el sostenido por las iglesias de tradición luterana y anglicana. Por ejemplo, al referirse a la autoridad de la iglesia, el artículo XX de los Artículos de la Religión de la Iglesia Anglicana dice que "la Iglesia tiene poder para decretar ritos o ceremonias" Podría ser que muchos miembros de esas iglesias hermanas no han dado a este asunto la consideración necesaria ni lo han estudiado con detenimiento, y por eso caen en la adopción involuntaria del principio normativo, pero otros han adoptado este principio aún sabiendo que no es la mejor expresión de las enseñanzas contenidas en las Escrituras. El principio regulador de culto o principio puritano o PRCC Este principio hace hincapié y prioriza los elementos de culto instituidos, ordenados, establecidos y contenidos únicamente en las Escrituras. En esencia, propone que "el verdadero culto ha sido ordenado solamente por Dios, y el falso culto es algo que él no ha ordenado". En la práctica, el culto de acuerdo con el PRCC examina el orden, los elementos, las prioridades y las selecciones musicales a partir de una perspectiva bíblica. En el PRCC la prioridad en el culto radica en la lectura de la Palabra, la predicación expositiva, las oraciones, el canto congregacional, los sacramentos, etc. A diferencia de : El principio libre : Este es el principio universalmente adoptado por las iglesias evangélicas en general. Es en realidad un no-principio, en donde la norma es que todo lo que funciona en el culto a Dios, se considera permitido y agradable a Dios. Bob Kauflin, en su libro Worship Matters, ingeniosamente lo llama el principio de “¡lo que venga!” o lo que creamos correcto sin tomar en cuenta la historia. “El verdadero culto ha sido ordenado solamente por Dios,y el falso culto es el que él no ha ordenado.” .
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