El hombre ha sido creado con un propósito eterno. Este propósito se encuentra expresado claramente en la primera pregunta del Catecismo Menor de Westminster, que al hacerlo, resume los textos bíblicos de 1 Corintios 10.31 y del Salmo 73.25. Por medio de la cual parte todo: "¿Cuál es la finalidad principal de la existencia del hombre? La finalidad principal de la existencia del hombre es glorificar a Dios, y gozar de él para siempre." La finalidad principal del hombre es la gloria de Dios mismo, y esta gloria debe ser exaltada a través de la adoración de todos los hombres. El fin último es la gloria de Dios, por lo que la primera responsabilidad del hombre debe ser la de manifestarse en adoración a Dios. La aplicación del principio fundamental de la Reforma de Sola Scriptura a la esfera del culto a Dios. El Catecismo de Heidelberg (1563) expresa claramente cómo debemos expresar nuestra adoración a Dios. El catecismo pregunta
“¿Qué Pide Dios en el segundo mandamiento?”. Y la respuesta es: “Que no representemos a Dios por medio de alguna imagen o figura, y sólo le rindamos culto como él ha mandado en su Palabra La idea de Zacarías Ursino (1534-1583) es definir: "El fin, o diseño de este mandamiento es, que el verdadero Dios...sea adorado de una forma apropiada...que sea agradable a él, y no con una adoración que se base en la imaginación e invención del hombre...(y) que el culto a Dios así prescripto sea preservado puro e incorrupto." El Catecismo Mayor de Westminster, en su respuesta a la Pregunta 109, dice lo siguiente: "Los pecados prohibidos en el segundo mandamiento son, todo lo que sea inventar, aconsejar, mandar, usar, y aprobar algún culto religioso por sabio que sea, pero que no haya sido instituido por Dios , el hacer alguna representación de Dios, ya sea de todos a de alguna de las Tres Personas, sea interiormente en nuestra inteligencia, o en lo exterior por alguna clase de imagen a semejanza de alguna criatura cualquiera, toda adoración de ella, de Dios en ella o por ella, el hacer representaciones de deidades falsas, y toda adoración de ellas o hacer algún servicio perteneciente a ellas. Todas las supersticiones engañosas, el corromper el culto de Dios, ya sean añadiéndole o quitándole, sean inventadas y tomadas por nosotros mismos, o recibidas por tradición de otros, aun cuando vengan con el título de antigüedad, costumbre, devoción, buena intención o cualquier otro pretexto , la simonía, el sacrificio; toda negligencia, desprecio, impedimento, y oposición al culto y ordenanzas que Dios ha establecida." Los presbiterianos escoceses y de los puritanos ingleses. Ha sido escaso el estudio reciente de este principio entre los miembros de las iglesias reformadas continentales (europeas), especialmente a causa de su reciente tendencia hacia el liberalismo teológico. Su mayor difusión ha sido en Gran Bretaña, las Américas y Australia. Ahora bien, y a manera de introducción, podemos definir el PRCC así: "Todo lo que ha sido ordenado por Dios para su culto es obligatorio, y todo que no ha sido ordenado por Dios se encuentra prohibido." En el presente trabajo estaré presentando con claridad qué debemos entender por PRCC, para lo cual estaremos definiendo términos claves como adoración, adiáfora, elementos y circunstancias del culto. Me referiré a las bases bíblicas del PRCC, y su evolución desde la teología de Juan Calvino y los reformadores en general, pasando por los puritanos ingleses hasta la actualidad. Se mostrará cómo este principio se ha articulado fielmente en las confesiones y catecismos reformados, y cómo este principio fue aplicado en su integridad en las prácticas cúlticas de las iglesias reformadas y presbiterianas al momento histórico de la redacción de esos documentos, y ah funcionado también en su debido orden. Finalmente, se analizarán las tendencias teológicas que actualmente están debatiendo su vigencia y aplicabilidad en la iglesia contemporánea. No es el objetivo de este trabajo presentar un nuevo modelo de culto, ni determinar o desarrollar los elementos de culto, sino más bien exponer los principios escriturales que deberían sustentar todo culto cristiano. * “La finalidad del hombre es glorificar a Dios y gozar de él para siempre.”
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