meditaciones
IGLESIA Y FAMILIA
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La oración es abrir el corazón o el alma a Dios en una forma sincera. sensible y afectuosa. por medio de Cristo, con la ayuda y en el poder del Espíritu Santo, ¡mm cosas como las que Dios ha prometido, o que son conforme a la Palabra de Dios, para el bien de la Iglesia, sometiéndonos en fe a la voluntad de Dios. Oh, cuánto calor, fortaleza, vida, vigor y afecto encontrará en la oración correcta!
¿Puede orar en su corazón con las palabras de estos salmos? "Como el ciervo brama por las corrientes de las aguas, así clama por ti, oh Dios, el alma mía" (Sal. 42:1). "He aquí yo he anhelado tus mandamientos; vivifícame en tu justicia" (Sal. 119:40).
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La oración es abrir el corazón o el alma a Dios en una forma sincera.. sensible y afectuosa.. por medio de Cristo, con la ayuda y en el poder del Espírítu Santo, para cosas como lasque Dios ha prometido, o que son conforme a la Palabra de Dios, para el bien de la Iglesia, sometiéndonos en la fe la voluntad de Dios. La oración no es soltar una pocas expresiones de un parloteo elogioso y de vanas repeticiones, sino un sentimiento sensato en el corazón. La oración es sensible a muchas cosas diferentes. A veces oramos con un sentido de pecado, otras veces con un sentido de misericordia que necesitamos o recibimos, y otras veces con un sentido de que Dios está listo para otorgarnos su misericordia y perdón.
Debido a que comprendemos el peligro del pecado, sentimos a menudo en oración nuestra necesidad de misericordia. Nuestra alma siente. Ese sentimiento nos hará suspirar y gemir y ablandará el corazón. La oración correcta puede rebosar del corazón cuando este presionada por el dolor y la amargura. Cuando Ana oraba por un hijo, la Biblia dice: "Con amargura de alma oró a Jehová, y lloró abundantemente", y el Señor escuchó su oración y concibió y dio a luz al gran profeta Samuel (1 S. 1:10). Debo recordarle que: La oración es abrir el corazón o el alma a Dios en una forma sincera, sensible y afectuosa, por medio de Cristo, con la ayuda y en el poder del Espíritu Santo, para cosas como las que Dios ha prometido, o que son conforme a la Palabra de Dios, para el bien de la Iglesia, sometiéndonos en fe a la voluntad de Dios.
Recuerde, sus oraciones deben siempre abrir sinceramente su corazón o alma a Dios. La sinceridad es una gracia que corre a través de todas las gracias de Dios en nosotros, La sinceridad debería controlar e impregnar todas las acciones de un cristiano. Si sus acciones no son sinceras, entonces usted no va a tener la aprobación de Dios. Lo que debe ser cierto en cuanto a las acciones sinceras será igualmente verdad de la oración. David habla de esto cuando menciona sus propias oraciones: "A él clamé con mi boca, y fue exaltado con mi lengua. Si en mi corazón hubiese yo mirado a la iniquidad, el Señor no me habría escuchado. Mas ciertamente me escuchó Dios; atendió a la voz de mi súplica" (Sal. 66:17-19). |
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