El libro del Apocalipsis revela una armoniosa unidad interior. Nos instruye acerca de los principios de la conducta humana y del gobierno moral divino. Estos principios se dejan ver siempre y por todas partes. En consecuencia, este libro es tan relevante hoy día como lo era en el año 1000, y lo continuará siendo en el futuro. Es aplicable a las condiciones en las iglesias de Europa, de América, de Asia y de todos los continentes. Dondequiera que haya una iglesia, ésta es un candelero, una portadora de luz, de modo que vemos resplandecer en medio de las tinieblas la luz de Cristo (capítulos 1-3). Dondequiera que esta luz resplandezca, el mundo aborrece a la iglesia, las tinieblas se rehúsan a ser conquistadas por la luz, y como consecuencia ocurren toda clase de persecuciones y aflicciones (capítulos 4-7). Sin embargo, estas aflicciones son dirigidas para el provecho de la iglesia. El trono está siempre en el cielo, no en la tierra. Los creyentes son siempre victoriosos. Salen de la tribulación, la gran tribulación. Dondequiera y siempre que la iglesia sea perseguida, el Señor oye y contesta las oraciones de sus hijos perseguidos. Al ver la sangre de los santos mártires, las trompetas de juicio advierten a los malvados (capítulos 8-11). Este conflicto exterior entre la iglesia y el mundo indica siempre un conflicto más profundo entre Cristo y el dragón (capítulos 12-14). Para los impenitentes, las copas de ira siguen siempre a las trompetas de juicio (capítulos 15, 16). Sucede así hoy, sucedió así ayer, y sucederá así mañana, sea que usted viva en África, Europa, América o en cualquiera otra parte del mundo. Satanás y todos sus ayudantes parecen salir siempre victoriosos, pero en realidad son siempre vencidos (capítulos 17-19; también 20-22). Interpretado de esta forma, y estamos convencidos de que ésta es la única explicación defendible, es fácil entender el libro del Apocalipsis. Es un libro sencillo y, sin embargo, muy profundo. ¡Nos ofrece la verdadera filosofía de la historia! Nos muestra los principios de la conducta humana y satánica y del gobierno moral divino como se están revelando constantemente. ¡Nos indica cómo debemos interpretar las noticias que leemos en los periódicos y los acontecimientos que estudiamos en los libros de historia! 1.Hemos visto a lo largo de la historia del mundo que las copas de la ira final siguen siempre a las trompetas de juicio cuando las advertencias de las trompetas son desatendidas. El orden nunca se invierte. Las trompetas advierten. Las copas son derramadas. Así mismo, en el día del juicio final estas copas de la ira serán completamente vaciadas sobre los pecadores impenitentes y endurecidos. Asimismo, todas las veces que fracasa un reino del mundo, sea el reino babilónico, asirio, o romano, «Babilonia» cae. La caída grande y final de Babilonia sucederá en conexión con la segunda venida de nuestro Señor para juzgar al mundo. Entendiéndolo de esta forma, notamos que las secciones finales del Apocalipsis, aunque sincrónicas con las otras secciones y aplicables a la marcha entera de la historia, describen especialmente lo que sucederá en conexión con el juicio final. Por tanto, aunque todas las secciones del Apocalipsis son paralelas y atraviesan el período que se encuentra entre la primera y la segunda venida de Cristo, y están arraigadas en el terreno de la dispensación antigua, sin embargo, hay también un cierto grado de progreso. Cuanto más nos acercamos al fin del libro, tanto más se dirige nuestra atención al juicio final y a lo que está más allá. Las siete secciones están arregladas, por decirlo así, en un orden ascendente que nos lleva al gran clímax. El libro revela un progreso gradual en el énfasis escatológico. 2 Un examen cuidadoso del Apocalipsis aclarará esto. En la primera serie, Cristo en medio de los siete candeleros de oro, no tenemos más que un mero anuncio de la venida de Cristo para el juicio (1:7). No hay ninguna descripción del juicio. En la segunda sección (capítulos 4-7) el juicio final no es meramente anunciado, sino definitivamente presentado; tenemos solamente un vistazo del horror que sienten los inicuos al mirar al Juez que se les acerca (6:12-17). Todavia no hay ninguna descripción del juicio. Unos cuantos versículos se dedican a una descripción de la iglesia triunfante después del juicio final (7:9- 17). La siguiente visión (capítulos 8-11) asimismo introduce el juicio final y el gozo de los redimidos (11:15-19). En estas tres secciones que forman la primera división principal del libro (capítulos 1-11), no vemos nada más que un mero anuncio o introducción al juicio final. Pero tan pronto como entramos en la segunda división principal del libro, hay un cambio. En la primera sección de esta división principal, tenemos una verdadera descripción del juicio final (14:14-20), la cual es, no obstante, una representación simbólica. Bajo el simbolismo de una siega doble, el juicio final nos es revelado. En la siguiente visión (capítulos 15, 16) tenemos una descripción del derramamiento de la ira final de Dios, de modo que esta sección, aunque sincrónica en relación con las otras, es en un sentido especial descriptiva del juicio final. En la siguiente división menor, la caída de Babilonia (capítulos 17-19), este énfasis sobre la segunda venida de Cristo para el juicio y lo que ésta significa respecto al mundo y a la iglesia militante y triunfante es aun mayor y más pronunciado (véase especialmente 19:11-12). La sección final, o sea la séptima (capítulos 20-22), no solamente describe el juicio final, sino que en esta descripción omite mucho del simbolismo de las visiones anteriores, de modo que en estos capítulos no hay nada vago e indefinido y no hay casi nada vestido del simbolismo de las primeras visiones (20:12-15). El gozo de los redimidos que se encuentran en el cielo nuevo yen la tierra nueva es descrito de una manera mucho más minuciosa que, por ejemplo, en 7:9-17. El libro ha llegado a su clímax glorioso. PROPOSICIÓN 4. Las siete secciones del Apocalipsis se organizan en un orden ascendente que nos lleva al gran clímax. Hay progreso en el énfasis escatológico. Eljuicio final es primeramente anunciado, después presentado; y por último descrito. Asimismo, el cielo nuevo y la tierra nueva son descritos en forma mucho más completa en la sección final que en las anteriores. A este concepto del Apocalipsis, tal como se explica en estos capítulos, lo hemos denominado «paralelismo progresivo».
0 Comentarios
Deja una respuesta. |
Archivos
Noviembre 2023
Categorías
Todo
|