«y vi en la mano derecha del que estaba sentado en el trono un libro escrito por dentro y por fuera, sellado con siete sellos».
A la mano derecha del Padre se encuentra un rollo (véase 6:14), el cual representa el plan eterno de Dios, su decreto que es exhaustivo y completo. Simboliza el propósito de Dios respecto al universo entero a lo largo de toda la historia, y respecto a toda criatura de todos los tiempos y hasta toda la eternidad. ¡Por tanto, está escrito por dentro y por fuera! Este rollo es descrito aquí como sellado con siete sellos. Es probable que estos sellos estuvieran colocados en fila por fuera del rollo. Vistos así sellaban el contenido del rollo. Y El significado es este: El rollo sellado indica el plan no revelado y no cumplido de Dios. Si permanece sellado ese rollo, pues los propósitos de Dios no serán realizados, no se llevará a cabo su plan. Abrir aquel rollo, desatando sus sellos, significa no solamente revelar el plan de Dios, sino llevarlo a cabo. Por tanto, un fuerte ángel proclama en alta voz: «¿Quién es digno de abrir el libro, y de desatar sus sellos?»
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Alrededor del trono central Juan ve veinticuatro tronos, y sentados sobre estos tronos veinticuatro ancianos que probablemente representan a la iglesia entera de la antigua y de la nueva dispensación. Piense usted en los doce patriarcas y los doce apóstoles (cotéjese Ap. 21:12-14). Están vestidos de ropas de santidad, y tienen sobre sus cabezas coronas de oro de victoria.
Se menciona primero a estos veinticuatro ancianos por la sencilla razón de que son primeros en importancia y en gloria entre todas las criaturas que están en el cielo (Gn. 1:26; Heb. 2:8). Sin embargo, no debemos olvidar que la verdadera razón porque se mencionan aquí estos veinticuatro tronos con sus ocupantes es con el fin de acrecentar la gloria del trono que está en el centro. Ese trono representa la soberanía de Dios. Los veinticuatro ancianos están constantemente dando homenaje al Ser sentado sobre el trono. ¡Cuan grande es el trono! ¿A quién adoran estos ancianos? ¿Solamente al Padre? No, adoran al Trino Dios. Como en 1:4, 5, así también aquí tenemos una descripción de la Trinidad en términos del simbolismo del templo. El Padre está sentado sobre el trono del cual salen relámpagos, y truenos, y voces. Él está representado aquí como habitando en el lugar santísimo celestial. Siempre que en la historia la iglesia es fiel a su llamado y da testimonio de la verdad, es seguro que la tribulación ocurrirá. Además de esto, la iglesia está en el mundo y, por tanto, sufre juntamente con el mundo. Los hijos de Dios no se escapan de los horrores de la guerra, del hambre y de la pestilencia. La iglesia necesita estas tribulaciones. Necesita de ambos, del antagonismo directo del mundo y de la participación en las angustias comunes que pertenecen a esta vida terrenal producto del pecado. La iglesia también es pecaminosa. Necesita una constante purificación y santificación. Por tanto, estas tribulaciones son empleadas por nuestro Señor como sus instrumentos para nuestro propio avance espiritual.
Vemos solamente el estrado de Dios. ¡No olvidemos su trono! Decimos que a los que a Dios aman todas las cosas les ayudan a bien, pero ¿Io creemos realmente? Con frecuencia hablamos y actuamos como si el control de los eventos y el destino del mundo estuvieran en manos de humanos en lugar de las manos de Dios. Pero los capítulos 4 y 5 nos enseñan que nuestro destino no está en las manos de los hombres sino de Dios y nos da una visión del trono que gobierna el universo. En medio de las pruebas y la tribulación, fijemos la mirada en aquel que es el Rey de reyes y Señor de señores. |
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