¿Cuál ejemplo tenían los filipenses para animarles a vivir en armonía y así a presentar buen testimonio a favor del evangelio? 2:5-11. ¿Perdemos cuando nos humillamos para servir a otros? Pablo pensaba constantemente en servir a Dios y en servir a los demás 2:12-18. ¿En cuáles detalles muestra su preocupación y anhelo? ¿Cuáles planes tenía Pablo respecto al porvenir? 2:19-30. ¿Por qué tenía tanta confianza en Timoteo y Epafrodito? SUMARIO:
Versículos 1–18 Pablo, el humilde portador de la cruz, por medio de un llamamiento con incentivo cuádruple exhorta a los filipenses a vivir una vida de unidad, humildad, y solicitud, imitando a Cristo Jesús, y a brillar como antorchas en medio de un mundo impío, pues haciéndolo así el corazón de Pablo y el de ellos se colmará de gozo. 2:1–4 El emotivo llamamiento con incentivo cuádruple y de triple orientación. 2:5–11 El ejemplo de Cristo. 2:12–18 Las luces brillantes que producen gozo mutuo. La obra de Jesucristo: COMENTARIO 1: 2:1–4: Se presenta como el humilde portador de la cruz, humildad que es patente en el hecho de que no centra la atención sobre sí mismo, sino sobre Cristo, el Portador único de la cruz (versículos 5–11). I. El emotivo llamamiento del humilde portador de la cruz A. Su incentivo cuádruple[p 112] 1. Si (hay), por tanto, algún estimulo en Cristo, si alguna súplica persuasiva que brote del amor, si alguna comunión del Espíritu, si alguna misericordia y compasión. B. Su triple orientación 2–4. La conclusión de lo dicho anteriormente es muy natural: “Si, pues, de algún modo tenéis estas experiencias y participáis de estos beneficios, entonces ...” y sigue a continuación la triple orientación. No es que sean en realidad tres orientaciones, sino una triple orientación: en esencia el mandamiento es uno, aunque tres gracias estrechamente relacionadas pueden distinguirse. Estas son: Versículo 2: unidad Versículo 3: humildad (de mente o disposición) Versículo 4: solicitud Pablo anuncia: Llenad (la medida de) mi gozo. Pablo continúa … teniendo todos el mismo sentir, teniendo el mismo amor, con unanimidad dedicándose a la unidad. La mente (actitud) o disposición interna es básica. ), y dedicándose también a la misma cosa, o sea, a la concordia o unidad. (2) Humildad No puede conseguirse la unidad si no hay humildad. Por lo tanto, Pablo continúa diciendo: No (haciendo) nada por ambición personal o por vanagloria. Así, el pensamiento progresa: sino, con una actitud humilde, cada uno considerando al otro como mejor que él mismo. Pero, ¿es posible seguir esta regla? Cuando un hermano es diligente, y él lo sabe, ¿cómo podrá considerarse inferior al que vive entregado a la ociosidad? La respuesta será probablemente algo como sigue: a. La regla no significa que todos los hermanos han de ser considerados en todos los aspectos como más sabios, capaces y nobles que uno mismo. b. Como principio general, la regla debiera controlar verdaderamente nuestras vidas, porque aunque el cristiano, hasta cierto punto (nunca totalmente; véase el Sal. 139:23, 24; Jer. 17:9), puede escudriñar sus propios motivos (1 Co. 11:28, 31) y saber que no siempre son buenos y puros, ante cuyo conocimiento tiene que clamar muchas veces: “¡Oh, Señor, perdona mis buenas acciones!”, eso no le da derecho, en modo alguno, a juzgar como malos los motivos de sus hermanos y hermanas en el Señor. (3) Solicitud El apóstol concluye este párrafo añadiendo, no (sólo) buscando cada uno sus propios intereses, sino también los intereses de los demás. 2:5–11 Por medio de un incentivo cuádruple Pablo ha exhortado encarecidamente a los filipenses a obedecer una triple orientación, es decir, a comportarse unos con otros con unidad, humildad y solicitud (Fil. 2:1–4). Cristo, el cual, para salvar a otros, renunció a sí mismo, y así alcanzó la gloria. Juan Calvino compendió de forma excelente este párrafo y lo dividió apropiadamente en dos partes o “miembros” (a. versículos 5–8; b. versículos 9–11), indicando la razón de ambos y cada uno de ellos. El dice: “La humildad a la cual él los ha exhortado ya con palabras, es encomendada ahora por el ejemplo de Cristo. II. El ejemplo de Cristo quien, para salvar a otros, renunció a sí mismo 2:5–8 A. Invitación a imitar a Cristo porque ésta es la regla de vida 5. Dice Pablo: Tened continuamente en vuestro ser interior la forma de pensar que también tuvo Cristo Jesús. La concordia (unidad), la humildad, y la solicitud se manifestaron en nuestro Salvador (Jn. 10:30; Mt. 11:29; 20:28), y ésta ha de ser también la característica de sus discípulos. En ese sentido ¡cuánta verdad se encierra en estas líneas!: “¡Oh!, si tan tierna y dulcemente nos ha amado, agradecidos, amor debemos retornar; confiar en su sangre que ha salvado, y tratar en sus obras de emularlo”. Lo que Pablo dice, pues, aquí en Fil. 2:6, es que Cristo Jesús ha sido siempre (y siempre continúa siendo) Dios por naturaleza, la imagen expresa de la deidad. El carácter específico de la deidad, según se manifiesta en cada uno de los atributos divinos, fue y es suyo eternamente. Cf. Col. 1:15, 17 (también Jn. 1:1; 8:58; 17:24). Así pues, aunque existiendo en la forma de Dios, no consideró su existencia en un forma igual a Dios como algo a que aferrarse sino que se vació a sí mismo. El no estimó el ser igual a Dios como una cosa a que aferrarse. (1) El renunció a su relación favorable con respecto a la ley divina (2) El renunció a sus riquezas (3) El renunció a su gloria celestial (4) Renunció a la autonomía de su autoridad Calvino razona de esta manera: Fue el Hijo mismo de Dios quien se vació a sí mismo, aunque solamente con referencia a su naturaleza humana. “no consideró su existencia en una forma igual a Dios como algo a que aferrarse”), sino también de las que siguen: al tomar la forma de siervo. Pablo continúa: y hacerse semejante a los hombres. . Pablo continúa: Así, reconocido en su condición como un ser humano. Lo más maravilloso es, sin embargo, que “cuando lo maldecían, no respondía con maldición” (1 P. 2:23), sino que se humilló a sí mismo. Desde el primer momento de su encarnación se sometió a sí mismo bajo el yugo; esto implica que se hizo obediente, a saber, a Dios Padre, como indica claramente el versículo 9 . Además, su obediencia no conoció límites: aun hasta la muerte. Por lo cual, no fue una muerte común y corriente, sino como dice Pablo: sí, y muerte en la cruz. ¿Tenía en su pensamiento esto cuando, refiriéndose a la muerte de su Maestro, escribió: “sí, y muerte en la cruz”? Era una muerte maldita. “Dios mío, Dios mío, ¿por qué me has abandonado?”. El pensamiento subyacente de los versículos 5–8 es este: En verdad, si Cristo Jesús se humilló a sí mismo en forma tan profunda, vosotros, filipenses, deberíais estar siempre dispuestos a humillaros en vuestra pequeña medida. El premio glorioso que Cristo recibió se nos describe en las siguientes palabras: Por lo cual Dios lo exaltó hasta lo sumo.Pablo continúa: y le otorgó el nombre que es sobre todo nombre. El objeto de la exaltación es: para que en el nombre de Jesús, no en el nombre “Jesús”, sino en el nombre completo con que Jesús ha sido ahora recompensado y el cual ostenta—nombre que tiembla en los labios de Pablo, pero que aun ahora no menciona, porque lo guarda como clímax—se doble toda rodilla de los que están en los cielos, y de los que están en la tierra y de los que están debajo de la tierra. Y que toda lengua confiese para la gloria de Dios el Padre que Jesucristo es Señor. ¡No el emperador terreno, sino Jesucristo era el verdadero gobernante! Para formarnos una idea del profundo sentimiento y entusiasmo de los apóstoles cuando pensaban en Jesucristo como SEÑOR. II. Las luces brillantes que producen gozo mutuo 2:12, 13 A. Ocupaos en vuestra salvación(1) La exhortación 12. Así pues, amados míos. Esta frase establece la conexión entre los versículos 12–18 y 1–11, especialmente 5–11. En efecto, esta conexión se remonta aun mucho más atrás, como veremos, por el estrecho paralelismo que existe entre 2:12 y 1:27. Pablo se dirige a los filipenses cariñosamente llamándolos “amados míos”, queriendo decir: “Vosotros, a quien Cristo ama y yo también, con un amor profundo, permanente, inteligente y determinado”. El apóstol continúa diciendo con prudencia y tacto: tal como siempre habéis obedecido.De manera general, los miembros de la iglesia de Filipos habían escuchado siempre las de-mandas de Dios en el evangelio (cf. Ro. 10:16; 2 Ts. 1:8), y las doctrinas y admoniciones cristianas (Ro. 6:17; 2 Ts. 3:14). “Solamente continuad ejerciendo vuestra ciudadanía de una manera digna del evangelio de Cristo, de modo que, ya sea que yo vaya y os vea, o que permanezca ausente, oiga de vosotros que estáis firmes en un espí-ritu”, etc.... “Así pues, amados míos, tal como siempre habéis obedecido, así, no sólo como en mi presencia, si-no mucho más ahora en mi ausencia, con temor y temblor continuad ocupándonos en vuestra salvación”. 1:27 2:12 Una cosa es exhibir una placa que diga: CRISTO ES LA CABEZA DE ESTE HOGAR y otra es reconocerlo realmente como tal, presentándole en oración todos los asuntos importantes y obedeciendo cada uno de sus mandamientos Y en substancia dice a los filipenses que deben considerar este ocuparse en su salvación como la tarea de su vida. Nótese aquí que el término salvación enfatiza aquel aspecto de ella que se llama santificación. Pablo dice alentadoramente: Vosotros, filipenses, debéis continuar ocupándoos en vuestra salvación, y podéis hacerlo, pues Dios es el que está obrando en vosotros. Y si no fuera por esto, jamás podríais ocuparos en vuestra salvación. He aquí algunas ilustraciones: El tostador no puede hacer pan tostado a menos que esté “enchufado” y sus hilos de cromo niquel encendidos por la corriente que llega de la central eléctrica. La plancha no puede planchar si, igualmente, no se le enchufa. No habrá luz en una habitación por la noche si la electricidad no recorre los filamentos de tungsteno de la bombilla, si cada uno de estos filamentos no está en contacto con los cables que vienen de la fuente de energía. Las rosas del jardín no pueden alegrar el corazón humano con su belleza y fragancia si no sacan su virtud del sol. Y la mejor ilustración de todas: “Como el pámpano no puede llevar fruto por sí mis-mo, si no permanece en la vid, así tampoco vosotros, si no permanecéis en mi” (Jn. 15:4). Dios se muestra como el Hacedor grande y constante y eficaz, el Vigorizador,103 que opera en las vidas de los filipenses, realizando en ellos tanto el querer como el hacer. Nótese no solamente el hacer, sino también el querer, o sea, el decidir y el desear: “No fue porque yo te eligiese a ti, pues, Señor, esto posible no sería. Si Tú no me hubieses escogido a mí, mi corazón aún te rechazaría. Desde la eternidad por ti soy ordenado; me liberas y me quitas la escoria; mis cadenas rompes y me limpias del pecado para que al vivir, viva yo para tu gloria” Es consolador que el apóstol añade: por su beneplácito. Es a causa de, y con miras a la ejecución de su beneplácito, que Dios, fuente infinita de energía espiritual y moral, hace que los creyentes se ocupen en su salvación. 2:14–18 B. Haciéndolo así seréis como luces brillantes que producen gozo mutuo La verdadera religión no es un acatamiento meramente externo. Por lo cual, Pablo continúa: Haced todas las cosas sin murmuraciones ni disputas. Pablo continúa ... a fin de que seáis irreprensibles y sencillos; “irreprensibles” al juicio de los demás, y “sencillos” (li-teralmente “puros”, o “sin adulterar”, o sea, sin mezcla de mal) en lo más profundo de vuestros corazones y vidas. Además, hijos de Dios sin mancha. La respuesta debería ser buscada, probablemente, en esta dirección: Uno llega a ser hijo (τέκνον) de Dios por la regeneración, pues un hijo de Dios es aquel que ha sido engendrado de Dios. Pero esto no es el fin. La regeneración es seguida por la santificación. Los que por la virtud de la regeneración (y la santificación parcial) son hijos de Dios, han de procurar serlo sin falta ni mancha. Y esto en medio de una generación mala y perversa. Entre la cual, continúa Pablo, resplandecéis, por vuestro carácter santificado, irreprensible y sencillo, como estrellas en el universo.Ellos cumplen esta gloriosa obra misionera sosteniendo en alto la palabra de vida, el evangelio de salvación, no solamente predicado, sino también vivido. Pablo dice que ese alumbrar espiritual entre los hombres, ese sostener en alto la palabra de vida (será) para mí algo de lo que estaré orgulloso en día de Cristo. Dice Pablo, entonces podré estar orgulloso por vuestro cumplimiento [p 141] (ya que indicará) que—mirando atrás desde ese glorioso día hasta los de mi ministerio en la tie-rra—no he corrido en vano ni trabajado en vano. Dice el apóstol: De hecho, aun si he de ser derramado como libación sobre el sacrificio y la ofrenda de vuestra fe, me regocijo. El añade: y me regocijo con todos vosotros. Se re-gocija con ellos, porque así ellos experimentarán plenamente el gozo de la redención en Cristo. Y de la misma manera regocijaos también vosotros de las bendiciones de la redención, y regocijaos conmigo, por haber logrado la corona de mártir como resultado de mi trabajo por vosotros y por otros como vosotros. Así habla Pablo, el humilde portador de la cruz, humilde hasta el punto de gozarse ante el pensamiento de que “un día será la parte más insignificante del sacrificio derramado sobre la mayor parte: el testimonio y servicio cristianos de los filipenses para Dios”. (K.S. Wuest, Philippians in the Greek New Testament, p. 78). Síntesis de 2:1–18 Aquí hay un emotivo llamamiento con un incentivo cuádruple para vivir la vida cristiana. Si Cristo les ha dado su: (1) consuelo (2) amor (3) unión (comunión del Espíritu) (4) afecto entrañable Tengan, pues, unos con otros: (1) unidad (2) humildad (3) solicitud que es la triple orientación. Como premio a esta humillación, Dios el Padre exaltó al Mediador a lo sumo, sentándolo a su diestra en las alturas y dándole el nombre que es sobre todo nombre, para que en su gloriosa venida todas las criaturas inteligentes—ángeles, hombres y demonios—confiesen para gloria de Dios el Padre que JESUCRISTO es SEÑOR. Podemos formular unas cuantas proposiciones con seguridad: (1) Según la clara enseñanza de este pasaje—nótese “quien existiendo en la forma de Dios”—la naturaleza divina de Cristo es inmutable. (2) A la humillación le sigue claramente la exaltación. Fue porque Cristo obedeció hasta la muerte, y muerte de cruz, que Dios lo exaltó hasta lo sumo. (3) Las dos naturalezas de Cristo, aunque unidas en su persona, son y serán siempre cla-ramente diferentes. Sumario del Capítulo 2 Versículos 19–30 Pablo, el administrador solícito, promete enviar a Timoteo a Filipos tan pronto como su caso (el de Pablo) haya sido resuelto, pero ya les manda a Epafrodito. 2:19–24 I. La misión proyectada de Timoteo Pablo, el gozoso siervo de Jesucristo, el preso optimista, el humilde portador de la cruz, es también el administrador solícito. Escribe: Pero espero en el Señor Jesús—aunque puede ser que mi sangre sea derramada dentro de poco (pensamiento implícito en los versículos 17 y 18)—enviaros pronto a Timoteo. Pablo continúa ... a fin de que yo también sea alentado al saber vuestra situación. De la misma manera que el apóstol espera que los filipenses sean alentados al saber de él, él también espera hallar refrigerio para su alma por las noticias que Timoteo traiga de ellos. Sigue a continuación una descripción de la idoneidad de Timoteo para el desempeño de tal misión: Porque a ningún otro tengo del mismo sentir mío que esté genuina-mente interesado en vuestro bienestar. Dice Pablo: porque todos buscan sus propios intereses, no los de Jesucristo. 22. ¡Cuán diferente era el caso de Timoteo! Por eso Pablo continúa con el mismo espíritu del v. 20: Pero vosotros conocéis sus méritos probados. Había sido “aprobado”. La confiabilidad en Timoteo era un hecho bien demostrado. “Vosotros conocéis”, dice Pablo, sus méritos probados y que, como un hijo (sirve) con su padre, así él sirvió conmigo en el evangelio. Después de este breve paréntesis sobre las virtudes de Timoteo, el apóstol reanuda el pensamiento del v. 19, el envío de Timoteo, de la siguiente manera: A éste espero enviaros enseguida, esto es, tan pronto vea (como resultan) mis asuntos. Pero confío en el Señor que yo mismo también iré pronto. 2:25–30 II. El regreso autorizado de Epafrodito. Pablo, el administrador solícito, pasa ahora de Timoteo a Epafrodito. Véase la Sección IV de la Introducción. Enumeremos brevemente los hechos que afectan a este último: (1) Era un líder espiritual en la iglesia de Filipos. (2) Había sido comisionado por su iglesia para traer un donativo a Pablo, el preso, y para ser su continuo ayudante y asistente. (3) En el cumplimiento de su misión cayó gravemente enfermo. (4) Sus amigos de Filipos supieron de esta enfermedad y, naturalmente, se alarmaron. El tuvo conocimiento de la alarma y ansiedad de ellos. (5) Dios le sanó misericordiosamente. (6) El ansiaba ardientemente regresar a su iglesia, para disipar los temores que los suyos tenían respecto a su salud. (7) Pablo, de completo acuerdo, lo envía de regreso a Filipos, pidiendo para él una cordial bienvenida y, probablemente, haciéndolo portador de esta carta. Dice Pablo: Pero considero necesario enviaros a Epafrodito, mi hermano y colaborador y compañero de milicia, quien es vuestro mensajero y ministro para mis necesidades. Ahora bien, esta ansiedad de la iglesia filipense no podía ser calmada por la simple declaración de que la noticia referente a la enfermedad de su amado líder era infundada o que había sido exagerada. Todo lo contrario, pues Pablo continúa: y ciertamente estuvo enfermo, al borde de la muerte. Epafrodito fue misericordiosamente sanado, según vemos implícito en las palabras que siguen: pero Dios tuvo misericordia de él. ¡Dios se compadeció, se apiadó de Epafrodito! Dios tuvo misericordia de él, y, continúa Pablo, no sólo de él, sino también de mí, para que yo no tuviera tristeza sobre tristeza, es decir, la tristeza que hubiera resultado de la muerte de Epafrodito, junto con la que ya tenía por su grave enfermedad. “Atento a nuestra debilidad y flaqueza Es el Dios que nuestra firme esperanza aferra. Aquel cuyos años solo conocen largueza, Recuerda que fuimos formados de la tierra. Inmutable es la misericordia de Jehová Para aquellos que su santo nombre temen; Inmutable desde la infinita eternidad, Inmutable hasta que los largos siglos cesen”. La segunda razón para enviar a Epafrodito a Filipos, está en las siguientes palabras: Así, pués, lo envío con mayor solicitud, para que al verlo de nuevo, os regocijéis. En consecuencia, las siguientes palabras nos presentan la tercera razón que hubo para que el apóstol mandase de regreso a su valiente ayudador a la iglesia de Filipos: y yo esté con menos tristeza.La forma en que Epafrodito debe ser recibido por la iglesia de Filipos viene expuesta en las siguientes palabras: Recibidle, pues, en el Señor con todo gozo. Por eso luego dice: y tened en estima a los que son como él. Y volviendo de nuevo a la persona de Epafrodito—eminente ejemplo del ministro leal, valiente y modesto—el apóstol dice el por qué se le debe dispensar tal honor a su asistente y ayudante, a saber: porque por la obra de Cristo estuvo al borde de la muerte (véase lo dicho en el v. 25). Epafrodito corrió un riesgo mortal, arriesgando su vida, como el jugador que expone su dinero ante una posible ganancia. Pedro, en una situación análoga, ¡negó a su Señor! Sí, Epafrodito puso en peligro su vida, dice Pablo, para suplir lo que faltaba en vuestro servicio hacia mí. Síntesis de 2:19–30 Pablo se nos presenta en esta sección como administrador solícito, dirigiendo de forma sabia, considerada y generosa, los asuntos de su extenso dominio espiritual, aun desde la cárcel de Roma. COMENTARIO 2 Versículos 1—4. Exhortación a mostrar un espíritu y conducta amable y humilde. Las exhortaciones a los deberes cristianos , como las de unanimidad, humilde conforme al ejemplo que nos dejó Jesús. La bondad es la LEY del reino de Cristo y hay varias razones para el amor fraternal. Las compasiones de Dios es de tomar ejemplo para unos con otros, con el fin de eliminar el orgullo entre nosotros, y a la vez radicales y severos con nuestras propias faltas y con una actitud de disposición de favorecer al prójimo, cuidándolos bondadosamente y no entrometernos en otros asuntos ajenos, y la paz no viene sin HUMILDAD. 5—11. El ejemplo de Cristo. Si deseamos ser a la imagen de Jesús es de ser a su imagen, si miramos las dos naturalezas de Cristo, en cuando a su divinidad, no estimando que fuera usurpación ser igual a Dios, y en su naturaleza humana, tomando nuestras debilidades y siendo como nosotros sin pecado, Humillándose por su propia voluntad con el hombre, descendiendo y dejando la gloria que tenía con el Padre antes que el mundo fuese, hay dos estados de El, el de humillación respecto a su humildad no manifestándose con esplendor, lleno de pobreza y sufrimientos y lo más bajo frente al hombre fue morir en una cruz como malhechor y esclavo por amor al hombre y satisfacer la justicia del Padre, y el de exaltación, respecto a la unión divina, y al de resurrección y de ascensión respecto a lo terrenal y también a su autoridad expuesta en las escrituras, para rendir homenajes solemnes, y para la Gloria del Padre, El desea que honren a su hijo. 12—18. La diligencia en los asuntos de la salvación, y ser ejemplos para el mundo. El uso de los medios para la salvación son sumamente importante para tenerlos en cuenta, a fin de ser hallados, La dependencia en la gracia de Dios nos incentiva a trabajar con ganas porque nada es en vano , tenemos el compromiso los creyentes de vivificarla, porque la buena voluntad del Señor es una buena causa. Hacer las cosas es primordial sin murmurar, la idea es ser apacibles sin dar ocasión de ofender, debe haber un distintivo entre los cristianos de los hijos naturales incrédulos. Debemos mantenernos sin culpa, la doctrina y el ejemplo de los creyentes será una guía a Cristo y a la piedad para los demás, la esencia de la palabra es guía para conocer la vida eterna por medio de Jesucristo. El fervor constante; esfuerzo, será una de nuestras metas . La voluntad de Dios es que los creyentes estén con mucho regocijo; y los que estén tan felices por tener buenos ministros, tienen mucha razón para regocijarse con ellos juntamente. 19—30. El propósito del apóstol de visitar Filipos. Mejor es para nosotros cuando nuestro deber se nos hace natural y espontaneo. Nuestra tendencia es preferir nuestro propio mérito y buenas obras para justificarnos, comodidad y seguridad antes que la verdad, la santidad y el deber, pero Timoteo no era así. Pablo deseaba libertad no para darse placeres, sino para hacer el bien, la bondad y la piedad. —Epafrodito estaba dispuesto a ir donde los filipenses para que fuera consolado con los que la obra de Dios era hecha. El amor es una petición constante del Apóstol. Es doblemente agradable que Dios se habían condolido con él cuando estuvo enfermo. Parece que su enfermedad fue causada por la obra de Dios. El valor de las misericordias de restauración es mas grande. Lo dado en respuesta a la oración debe recibirse con gran gratitud y gozo porque es para el bien. Humillación y exaltación de Cristo:Unidad en el Espíritu con humildad, Cristo se humilló a sí mismo haciéndose siervo y hombre, con obediencia hasta una muerte violenta, por lo cual Dios lo exaltó hasta lo sumo y le dió un nombre que es sobre todo nombre para que toda rodilla en los cielos en la tierra y debajo de la tierra se doble a consecuencia de su deidad. Luminares del mundo :ocuparse y asirse de la salvación con temor y temblor y con la palabra de vida, porque Dios es que produce el querer como el hacer por su buena voluntad. Timoteo y epafrodito : históricamente dos discípulos de Pablo fieles. Dice que todos buscan lo suyo propio no lo que es de Cristo Jesús.
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