El verdadero día de reposo
J. I. Packer Quest for Godliness. The Puritan Vision of the Christian Life (Wheaton: Crossway, 1990), p. 238. Los puritanos insistían, de manera virtualmente unánime, que, aunque los primeros reformadores estaban en lo correcto al ver una importancia meramente típica y temporal en ciertas de las prescripciones detalladas del Día de Reposo judío, no obstante el principio del reposo de un día para la adoración pública y privada de Dios al final de cada seis días de trabajo era una ley de la creación, hecha para el hombre como tal, y por lo tanto vinculante sobre el hombre en tanto vive en este mundo. Señalaron que, estando como está junto con nueve leyes indudablemente morales y permanentemente vinculantes en el Decálogo, difícilmente podría ser él mismo de naturaleza meramente típica y temporal. De hecho, lo veían como integral de la primera tabla de la ley, que versa sistemáticamente con el culto: ‘el primer mandamiento fija el objeto, el segundo los medios, el tercero la manera, y el cuarto el tiempo.’ Hacían notar que el Cuarto Mandamiento comienza diciendo ‘Acordaos…’ viendo así al pasado a una institución pre-mosaica. Observaban que Génesis 2:1 ss. Representa el propio descanso del séptimo día de Dios después de la creación, y que la sanción anexada al Cuarto Mandamiento en Éxodo 20:8 ss. mira atrás a esto, representando el día como una memorial semanal de creación ‘para ser observado para la gloria del Creador, como un compromiso para servirle, y un aliciente para confiar en Aquél que hizo cielos y tierra. Mediante la santificación del Día de Reposo, los judíos declaraban que eran adoradores del Dios que hizo la tierra. …’ Así habla ese puritano tardío del todo representativo Matthew Henry, commentando sobre Éxodo 25:11. Henry fue más allá señalando que el mandamiento declara que Dios santificó el séptimo día (i.e., se lo apropió para sí mismo) y lo bendijo (i.e., ‘puso bendiciones en él, que nos ha animado a esperar de Él en la observancia religiosa de ese día’); y que Cristo, aunque reinterpretó la ley del Día de Reposo, no la canceló, sino que más bien la afirmó guardándola él mismo y mostrando que esperaba que sus discípulos continuaran guardándola (cf. Mat. 24:20).
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Mayo 2020
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