Estas trompetas de juicio son descritas en los capítulos 8 y 9. Pero aun en el principio del capítulo 7 parece que todo está listo para la ejecución de estos juicios. Entonces, ¿por qué no caen sobre los incrédulos?
Todo está preparado: los vientos de calamidad están por empezar su misión destructiva; los cuatro ángeles -cuatro porque ellos controlan los instrumentos de destrucción por toda la tierra, y en todas las direcciones, norte, sur, oriente y occidente -todos están listos para llevar a cabo su labor de hacer daño a la tierra y al mar (Ap. 7:2). Luego, repentinamente, Juan ve otro ángel subiendo del oriente. Tiene el sello del Dios viviente. Clama a los cuatro ángeles que están controlando o deteniendo los cuatro vientos del juicio, y con gran voz les dice: «No hagáis daño a la tierra, ni al mar, ni a los árboles, hasta que hayamos sellado en sus frentes a los siervos de nuestro Dios». Querido lector, si el sello de Dios está en su frente, no hay necesidad de temer las trompetas del juicio. Estos juicios son los castigos que recibirá el mundo impío y perseguidor. No le harán ningún daño. Jehová ha cargado en Cristo el pecado de todos los creyentes (Is. 53:6). Descanse en la seguridad de que «a los que a Dios aman, todas las cosas les ayudan a bien, esto es, a los que conforme al propósito son llamados» (Ro. 8:28).
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Enero 2021
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